¡Perdonado!
Frente al mar, frente a Dios,
vi la luna reflejada y las estrellas brillar,
y ante la fresca brisa siento que hoy,
mi Salvador pintó el paisaje, para con Él disfrutar.
Un rayo que hiende un tronco...
Una flecha que atraviesa un corazón sangrante...
Una infinidad de sentimientos hoscos...
Un miedo aterrador a que me dejes y te apartes.
Todo esto, en tu infinita Gracia,
me hiciste sentir en medio de mis pecados,
para buscar la fuente donde saciar mi alma,
en el refugio de tu fuerza, con el corazón quebrado.
¡Una explosión inmensa que borró el pasado!
Unas infinitas ganas de gritar: "¡mil gracias!"
¿Cómo explicar lo inexplicable si no existen palabras
para expresar lo que se siente al ser por Dios perdonado?
¡Gloria a mi Dios, al Rey de reyes!
¡Mi Salvador, mi Amor, mi Refugio y anhelo!
¡Gloria a Aquel que pintó el paisaje
para inundar mi alma y llorar al verlo!
Gloria a Aquel que me dio la paz...
¡Como nadie pudo hacerlo!