¿Dónde estás? … ¡Estoy en Cuba!

19.10.2021

 Somos plenamente conscientes de lo que está ocurriendo. Los medios de comunicación en todo el mundo están publicando los informes emitidos por las diferentes ONG, referente a derechos humanos, lo que nos impulsa a orar más por nuestros hermanos en Cuba. No es este el espacio para hablar de ello. Cuba Al Encuentro Con Dios no fue concebido para otra cosa más, que para llevar al pueblo cubano las Buenas Nuevas de Salvación que han traído tanta bendición a nuestras vidas en particular, y a nuestros países en general. Como diría el prócer argentino que revolucionó el sistema educativo y sentó las bases de un país que crecería a ritmo vertiginoso en los siguientes años: "La Biblia cambió la faz de las naciones que la poseen" (Domingo Faustino Sarmiento 1881-1888).

Cuando el Señor me llamó a llevar el evangelio a Cuba, jamás creí que se dificultaría tanto el trabajo. Cuba es uno de los países más cerrados del mundo para migrar. Las autoridades ponen muchas restricciones a los extranjeros que desean vivir allí. La explicación oficial es que esto se debe al déficit habitacional. No es necesario ahondar en el tema, pues nada solucionará el hacerlo. Las cosas son así y ya, por lo que no es posible emigrar para comenzar una iglesia. Tristeza me da el saber, entonces, que muchos seudo-misioneros que informan estar en la isla, en realidad no lo están. Puedo afirmar con conocimiento de causa que no existe la posibilidad de que un extranjero resida en la isla y lidere un ministerio, a menos que haya conseguido la residencia por medios muy especiales, algo casi imposible de lograr, en cuanto a actividad religiosa se refiere.

Como verán "Cuba Al Encuentro Con Dios", como parte de "CONEXIONES, Ministerio Internacional", formado por cientos de conexiones espirituales a lo largo del continente americano y por ahora dos países de Europa; enfrentan una tarea que requiere mucha coordinación y financiamiento que no tenemos, pero que Dios sí. Es por eso, que junto a mi familia nos aventuramos a mudarnos a México y librados a la providencia divina emprendimos un desafío que hoy, toma el nombre de "Estoy En Cuba".

"Estoy En Cuba" es la gran oportunidad que nos ha dado Dios, de poseer un pasaje de avión ya pagado (a un precio irrisorio en comparación con las actuales tarifas), que nos permitirá traer a México a nuestro contacto en la Isla, con el propósito de llenar una valija de 25 kilos de medicamentos, para ser donado al pueblo cubano en general, y a nuestros hermanos en Cristo en particular. Específicamente a los habitantes de Madruga, una pequeña ciudad en la provincia de Mayabeque. Se preguntará usted qué tiene que ver este esfuerzo con poder llevar el evangelio a Cuba. Mucho, pues la tremenda escasez de medicamentos representa una oportunidad para ser de bendición a aquellos que de otra manera no escucharían, traer alivio a aquellos que están sufriendo, y mostrar a los que no creen, la bondadosa mano de Dios obrando a través de aquellos cuyas vidas fueron transformadas por el poder de Su Palabra.

Cada persona que integra nuestra red de CONEXIONES y que puede cooperar enviándonos una ofrenda o apoyándonos con sus oraciones, para que podamos llegar con el dinero necesario para cubrir todos los gastos de logística y compra de medicamentos para su posterior donación; cada una de esas personas o instituciones podrá decir junto a nosotros: "Yo Estoy En Cuba".

Es un gran desafío y oportunidad para crear confianza y establecer un canal de comunicación que nos permita demostrar nuestra buena voluntad e intención de edificar un ministerio que represente una bendición real y palpable para los pastores cubanos y el avance del evangelio en general.

En este momento me encuentro en México, escribiendo el artículo bajo el agradable sol colimense que entra desde el balcón de la casa que alquilamos. Pero para poder decir "Estoy En Cuba" es necesario cambiar la manera de ver la misiones.

Cambiando Nuestra Cultura Misionera

El mensaje del Evangelio no cambió, pero la cultura, los medios de comunicación y la manera de comunicarse sí. Si hemos de lograr un impacto real en nuestra sociedad y cultura, necesitamos abrir nuestras mentes y dejar atrás nuestras antiguas maneras de trabajar y comunicarnos, sin que eso signifique relegar nuestras convicciones. La entrega de un folleto con el propósito de ganar a alguien para Cristo, hoy por hoy, representa un gasto demasiado oneroso, en comparación con la efectividad y costo que significa enviar un simple mensaje de Whatsapp, y no estoy nombrando todas las demás herramientas informáticas que nos posibilitan hacer lo que en este momento, estás haciendo al leer este artículo.

Es necesario que dejemos de pensar que la única manera de llevar adelante el ministerio es como siempre lo pensamos, porque países como Cuba, son aquellos que nos desafían a repensar la manera en que estamos cumpliendo la Gran Comisión. Te explico a qué me refiero:

Tengo la oportunidad de conocer un misionero mexicano a Cuba, que hace 10 años está desarrollando un ministerio en la isla. Me cuenta que al principio tenía un buen apoyo, pero que lo fue perdiendo cuando quienes lo apoyaban advirtieron que no viajaba tanto a la isla, y más tarde, advirtió que algunos decidieron apoyar a misioneros que decían que se mudarían a la isla y que ahora ¡ni siquiera están en el ministerio! Por supuesto que él siguió viajando y ayudando a los pastores, trabajando y tratando de esparcir el Evangelio en Cuba, pero su eficacia fue reducida. Lo que ocurre es que algunos pastores piensan que si no estás viviendo en el lugar, no es posible establecer una nueva iglesia, y yo les hubiera dado la razón hace 10 años atrás, pero las cosas han cambiado mucho desde entonces.

Hemos recibido un claro llamado de Dios a esparcir el evangelio en Cuba y no podemos residir en el país, lo que representa un gran desafío, no para Dios, sino para nosotros. Nos desafía a cambiar nuestras estrategias, nuestra manera de orar, nuestra manera de dar, nuestra manera de trabajar... ¿Cómo lo haremos? ¡Dios lo hará! Porque para él no existen los países cerrados. La última vez que pisé Cuba fue en 2016, sin embargo, desde aquella oportunidad no hemos dejado de apoyar de una manera u otra al Pastor Juan Antonio. Hemos orado, dado y llorado por él a la distancia, tratando de sostenerlo porque su familia se encuentra en la isla llevando adelante una obra que muy pocos podrían hacer, pues el precio de vivir bajo aquella cultura no es barato. Lo hemos hecho a la distancia, pero hemos sido eficaces por la gracia de Dios obrando en nuestras alocadas vidas de maletas y viajes, y en el sacrificado ministerio que esa Familia lleva adelante en la ciudad de Madruga. Para algunos eso no es ser misionero, y sin embargo aquí estamos, aún seguimos intentando desarrollar "Cuba Al Encuentro Con Dios", mientras consolidamos la obra en Colima. Todavía existen cientos de misioneros y ministerios que, desde el exterior, sostienen el evangelio en Cuba apoyando a sus pastores con Biblias, Libros, seminarios y medicina. ¿Qué otra cosa podemos hacer? Dios puso en nuestro corazón un sentir amoroso hacia un país al que no podemos ingresar a vivir. ¿Qué estará tratando de enseñarnos? ¿No crees que nos está obligando a pensar fuera del cuadrado?

Desde que Jesucristo pronunciara sus inmortales palabras escritas para siempre en Mateo 28:18-20, una y otra vez nos ha desafiado a ir más allá de lo que hubiéramos soñado, para predicar el Evangelio. Pero, no nos equivoquemos, en sus palabras Cristo no describe un modus operandi, una manera de evangelizar, de hacer discípulos, de conseguir los recursos. No. Eso se revelaría a medida que avanzaran hacia la meta señalada. Cada criatura y hasta lo último de la tierra es la meta; por lo tanto, dejemos de encasillarnos en una manera de hacer las cosas, que debido a la diversidad de la cultura humana, no podemos estandarizar, como si en vez de plantar iglesias vendiéramos franquicias.

El cambio no comienza cuando escuchamos con la idea de aprobar o desaprobar los métodos de este o aquel misionero. El cambio se producirá cuando al evaluar los resultados de sus ministerios, nos acerquemos a preguntar: ¿Cómo podemos ser parte de lo que Dios está haciendo en sus vidas?

"Estoy En Cuba" es un proyecto de amor que culmina en Noviembre, sin embargo, el llamado que hemos recibido nos impulsará a avanzar hasta el día en que Dios nos dicte el alto; y el precio que pagaremos en el intento, estará íntimamente relacionado con la forma en que los que nos apoyan, perciban la obra misionera mundial. Pero esto último dependerá de dos cosas: La honestidad por parte de los misioneros al explicar lo que están haciendo y por qué; y la capacidad de sus oyentes de adaptarse a los tiempos que corren, sin comprometer la doctrina.


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