Argumento Espiritual
Aprende a usar este recurso que te ayudará a vivir del ministerio
"Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros; ruego, pues, que cuando esté presente, no tenga que usar de aquella osadía con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos tienen como si anduviésemos según la carne. Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta."
(2 Corintios 10: 1-6)
Como pastor, me he dado cuenta que la mayoría de mis recursos deben ser espirituales. Los libros, computadoras, software, comentarios, etc. son necesarios, pero existen herramientas espirituales que ya nos han sido dadas por Su Divino poder (2 Pe. 1:3). A veces he sentido que dichas herramientas están guardadas en un antiguo baúl al cual acudo cuando me encuentro en problemas; abro su pesada tapa y veo un sin fin de artefactos extraños, no tengo la menor idea de para qué sirven ni cómo se usan, desesperado hurgo entre tantas maravillas hasta encontrar una caja de herramientas que dice: "usar con precaución contra falsos maestros" ¡Justo lo que buscaba! Abro la caja y me pregunto: "¿Dónde estará el gatillo?" -"estudia el libro de Judas" dice el instructivo y ahí me doy cuenta de que si he de utilizar efectivamente dicho recurso, me llevará un tiempo entender cómo funciona y otro tiempo más, adiestrarme para su uso efectivo. Me ha pasado que para cuando estoy listo para su uso, Satanás ya causó un daño en la congregación, que no hubiera sucedido si hubiera estado preparado.
Las fortalezas que se levantan en el contexto del versículo expuesto, no son otra cosa que argumentos, y déjame decirte que los "argumentos espirituales" son un valioso recurso contra las falsas creencias cristianas. La palabra argumento, viene del latín argumentum, y es la prueba o razón para justificar algo como verdad o como acción razonable; la expresión oral o escrita de un razonamiento. La palabra griega que se traduce como "argumento" en este pasaje de la Biblia es "logismós" (λογισμός) y puede traducirse como razonamiento o pensamiento. Un argumento es una explicación que apela a la razón. Básicamente es un razonamiento lógico que justifica algo como verdad, de ahí que el Apóstol lo compare con una fortaleza.
Cuando una aparente verdad es introducida en nuestra vida a través de un razonamiento lógico, esta supuesta verdad se convierte en una fortaleza muy difícil de vulnerar debido (según mi propio criterio) a dos posibles motivos:
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Nuestra arrogancia y orgullo. No son pocos los maestros de la Biblia que se jactan de nunca haber tenido que modificar una enseñanza. "Hace tantísimos años que enseño lo mismo" hace pensar que nunca pudo haberse equivocado. ¿Cómo puede una persona enseñar la Biblia durante tantos años sin equivocarse siquiera una vez?. Es bíblicamente imposible debido a que somos seres finitos y pecadores. Salvados, pero pecadores falibles y en constante aprendizaje. Lo que ocurre es que a veces, nos hacemos esclavos de nuestras propias palabras, muchas veces pronunciadas con liviandad y poca reflexión pues repetimos, no lo que hemos leído en la Biblia, sino lo que hemos escuchado. ¡Cómo admitir una equivocación en la enseñanzas sin caer en el mote de falso maestro! Sin embargo, una característica de los falsos maestros, es precisamente, que no admiten equivocaciones. ¿No es interesante?
No voy a escribir sobre el orgullo, porque doy por hecho que quien lea este escrito sabe bastante de las jugarretas que este pecado les hace a quienes caen en él, pero déjame decirte algo: admitir tus equivocaciones frente a tu congregación o familia, lejos de limar tu autoridad, la reafirmará.
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Nuestra ignorancia: Se da por dos motivos: uno es por falta de responsabilidad de parte del maestro quien ocupa más tiempo enseñando y trabajando en la obra, que estudiando su Biblia. El otro motivo, es que el maestro ya tiene definida su enseñanza sobre el tema, cree haberlo estudiado lo suficiente cuando estuvo en el seminario y piensa que no merece la pena su revisión. Cualquiera que sean los motivos de tu ignorancia, déjame decirte algo: La ignorancia sobre el tema no excusa tu responsabilidad como pastor de una iglesia, maestro de la Biblia o padre de familia (Stg. 3:1).
Cuando una supuesta verdad se introduce en nuestra vida mediante un elocuente y eficaz argumento, entonces la practicamos. La práctica de esta falsa enseñanza (aceptada de buena fe) se convertirá en una poderosa fortaleza, que paulatinamente, irá agregando nuevos argumentos para justificarla. Sin importar que la realidad de dicha enseñanza muestre a un Dios falto de poder para transformar vidas, trataremos de encontrar nuevos argumentos que fortalezcan dicha verdad. "Fortaleza" es la palabra clave. No por nada el famoso escritor estadounidense Mark Twain dijo alguna vez: "Es más fácil engañar a la gente, que convencerlos que han sido engañados".
Un falso argumento aceptado, puede crecer hasta convertirse en una fortaleza casi inexpugnable. La figura o metáfora que usa Pablo en nuestro texto es de origen militar, por eso habla de "las armas de nuestra milicia". Exactamente Pablo se refiere a una ciudad sitiada. Los falsos argumentos levantan una fortaleza alrededor de la persona que los utiliza y casi sin notarlo, esa fortaleza comienza a cerrar los muros alrededor suyo y de quienes los sigan. Todos ellos vivirán tras los fuertes muros de una ciudad sitiada. ¿Sitiada por quién? Pues en este caso por Pablo. En esta metáfora Pablo representa al ejército que se encuentra afuera con todas las ventajas que eso implica.
La Biblia enseña los horrores que pueden experimentar las personas dentro de una ciudad que está resistiendo la invasión de un ejército, al punto que narra la historia de dos mujeres que decidieron comer a sus propios hijos por causa de la hambruna (2 Re. 6:24-30). Lo mismo pasa con los falsos argumentos, parecen muy lindos, pero a causa del orgullo éstos se pueden volver contra las personas que los defienden "Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros", es la advertencia del Apóstol Pablo a los Gálatas (Gál. 5:15).
"Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas"
Vayamos ahora a nuestro "recurso espiritual" nuestro recurso espiritual se llama ARGUMENTO ESPIRITUAL, con "espiritual" hago referencia a que nuestros argumentos deben estar cimentados en la autoridad de la Palabra de Dios, es decir: Respaldados con la mayor cantidad de versículos bíblicos. Un argumento es una fortaleza que sólo puede ser destruida con otro argumento más fuerte, más convincente, mejor preparado y cimentado que el falso argumento. Es por eso que Pablo, al advertir que nuestras armas son poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, añade: "derribando todo argumento y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios"
El argumento espiritual es un arma que debe ser disparada al centro del pensamiento opositor. Para usarlo apropiadamente, no solamente debes confrontar a la persona con lo que la Biblia dice, haciendo que ella misma lea los versículos, sino haciéndole preguntas para verificar que dicha persona entendió lo que le estás argumentando. Por ejemplo: Vamos a suponer que la persona cree que todos, tarde o temprano vamos a ir al cielo porque Dios es un Dios de amor. No sólo le muestras los versículos sino que le preguntas: "¿Dice este versículo que muchos serán condenados eternamente?" De modo que la persona se vea obligada a contestar con un sí o con un no. Si dice que no, simplemente le pides que vuelva a leer para que ella misma verifique lo que la Biblia enseña.
Para usar esta arma que nos ha sido dada, es necesario acompañarla de paciencia y oración. No debemos esperar que la persona tome una decisión inmediatamente, aunque aveces sí lo hace, pero sí debemos hacerle entender que debe tomar una decisión al respecto.
Esta arma puede ser usada contra aquellos que se atrevan a enseñar a la congregación una doctrina diferente a la que se enseña desde el púlpito, para luego invitar a dicha persona a arrepentirse por enseñar algo que no es bíblico. Hay personas que por su testarudez deciden persistir en su error. Es ahí donde nuestra arma puede ser usada en todo su potencial. El Apóstol Pablo dice que a tales personas debemos acorralarlas y exigirles la rendición advirtiéndoles que no podrán ganar, porque estamos preparados para destruir sus fortalezas, tal como lo haría el ejército que está sitiando la ciudad. Es decir que tus argumentos son un arma ofensiva y no defensiva, poderosa y espiritual porque el Dios de la Biblia ESTÁ CONTIGO. Es por esto que Pablo declara con toda autoridad: "porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios"
¿Qué pasa si no se rinden? ¡Hay hermano, lamentablemente he visto lo que pasa! Dios golpea tan duro a dichas personas que muchas veces, por más que se arrepientan y vuelvan en sí, ya han destruido la vida de sus hijos o aun sus propios matrimonios, por seguir alocadamente ideas ajenas a la Palabra de Dios. ¡gracias a Dios por los pastores que les advirtieron lo que les podría pasar, porque sus manos están limpias de la sangre de ellos! (Hch. 20:26,27)
¿Qué pasa si se arrepienten? Debemos hacer lo que Pablo indica en el texto: " llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo" es muy importante aquí la palabra "pensamiento" (Griego, νόημα -nóema- percepción, intelecto, entendimiento, maquinación) debemos enseñarle a la persona que los pensamientos son un área de la mente que también debe ser rendida a la obediencia a Cristo. Pues la obediencia es la base de nuestro "andar en amor" (Efe. 5:2; Gál 5:16; Jn. 14:15) e inmediatamente debe recomendársele que ingrese al programa de discipulado de la iglesia, donde un hermano o hermana, según sea el caso, le estará acompañando en este proceso de crecimiento espiritual.
Vivir del ministerio usando este recurso
A esta altura te estarás preguntando qué tiene que ver este recurso con vivir del ministerio tiempo completo, por lo que pasaré a explicártelo brevemente, pues el uso de este recurso es básico para que eso pase.
Para que los argumentos espirituales sean efectivos necesitas:
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Poseer una buena hermenéutica bíblica. (Sal. 119:160)
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Capacidad para redargüir usando la Biblia, es decir: un conocimiento profundo del tema a tratar. (2 Tim. 3:16)
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Honestidad intelectual, que tus argumentos estén basados en una convicción personal adquirida mediante tus estudios de la Biblia, y no mediante las notas de un tercero; esgrimidos con la predisposición de revisarlos si te das cuenta de tu equivocación.
Cuando estas tres cosas estén internalizadas en tu vida, estarás preparado para aceptar tus equivocaciones y podrás comprobar bíblicamente cualquier cambio de rumbo que tengas que imprimir a tu ministerio y eso, amigo mío, es lo que te ayudará tarde o temprano a vivir tiempo completo de tu oficio.
Entiendo
perfectamente que el párrafo anterior no despeja muchas dudas, pero
sí expresa un enunciado que se podrá entender perfectamente cómo aplicarlo, cuando
te explique qué tan importante es la utilización de este recurso.
Por el momento te diré que como pastores defensores de la libertad de conciencia, deberíamos seguir el consejo del Apóstol Pablo cuando expresa "examinadlo todo, retened lo bueno" y no aferrarnos a pre conceptos aprendidos en un seminario, a argumentos que nos encierran tras fortalezas que no nos permiten entender que si no hemos podido alcanzar la meta bíblica de vivir del ministerio, debe ser por algo que hemos entendido mal, ya que no podemos inferir que es la voluntad de Dios que sus siervos sufran innecesariamente. La utilización correcta y honesta de los argumentos espirituales para rechazar cualquier falsa enseñanza, preparan nuestro propio corazón y mente para que podamos entender qué es lo que debemos corregir en nuestra propia vida, para alcanzar el ideal proclamado por las Escrituras.
Parte 2
Como lo expresé en el artículo anterior, entender la importancia de los argumentos y cómo rebatirlos, es algo que te ayudará a vivir del ministerio, porque te ayudará a detectar las falacias y comprender no solo cómo rebatirlas, sino también cómo fundamentar tus propios argumentos con la Palabra de Dios.
Ya hemos definido qué es un argumento, ahora hablaremos de los tipos de argumentos que existen. Para ello me limitaré a nombrarlos y darte ejemplos en algunos casos, pero te dejaré un link que te llevará a la página de la cual extraigo el nombre de la mayoría de éstos argumentos. La lista de argumentos es la siguiente:
Deductivo
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El punto de partida de este argumento, es una premisa que se asume como verdad, segura o probable. Por ejemplo: La Biblia es nuestra regla de fe y práctica (premisa) De ahí en más, todos mis argumentos tendrán una base bíblica. Puede ser discutido el argumento, pero no la premisa.
Inductivo
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Se construye a partir de ejemplos, cantidades de datos, etc, para luego arribar a una conclusión. Por ejemplo: Sabemos que en el norte del país existen unas 50 iglesias bautistas independientes, tenemos el dato de que en el centro hay más de 35 iglesias, conocemos unas 10 en la Patagonia y apenas 5 en la Mesopotamia. Además de las conocidas, recientemente nos hemos enterado de varias iglesias distribuidas en diferentes provincias, por lo que estimamos que existen en Argentina cerca de 150 iglesias aproximadamente, muchas de las cuales se mantienen aisladas con respecto a las demás.
Abductivo
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Es un argumento que se base en el análisis de un conjunto de conjeturas, establece premisas en base a dichas conjeturas, para luego arribar a la conclusión.
Argumentación por analogía
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Se logra al formular las conclusiones comparando una situación con otras similares.
Causal
Se basa en los posibles efectos que puede tener una acción.
Argumentación por generalización
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Es un tipo de argumento de causa y efecto, solo que las conclusiones tienden a generalizarse para todas las situaciones similares.
Argumentación por contradicción
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Toma como punto de partida una falsedad a la cual se desea contradecir. Se usa para demostrar lo absurdo del argumento contrario.
Argumentación Condicional
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Es la que está basada en relaciones que condicionan la conclusión del argumento, haciendo que la conclusión se vuelva inapelable.
Argumentación por interpelación
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Se basa en preguntas echas al interlocutor, con el propósito de demostrar un punto.
Argumentación por autoridad
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Se sostiene el argumento, basado en la fuente o persona que lo produce, descontando que si la fuente es honesta, el argumento también lo es.
Circular
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Se utiliza para justificar cualquier idea preconcebida para la que ya hay una predisposición. Usa un razonamiento que no te permite escapar de su lógica y generalmente se utiliza para sustentar falacias. Por ejemplo: Si Dios creó a Satanás y Satanás indujo al hombre a pecar, se concluye que Dios creó el pecado.
Hombre de paja
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Básicamente este tipo de argumentos son falaces, y consiste en caricaturizar el argumento del oponente; tergiversando, exagerando o cambiando el significado de sus palabras, para facilitar un ataque lingüístico o dialéctico. Es muy común que quien use este tipo de recursos, trate de desacreditar al oponente de manera personal. Ejemplo: "Tú dices que el Pastor debe ganar un buen sueldo, que es lo mismo que dicen los predicadores de la prosperidad que desean ser millonarios a costa de la gente".
Hasta aquí vemos que los estudiosos del tema, han entendido que el estudio de la argumentación es importante, al punto que lograron reconocer y clasificar distintas formas de argumentar. ¿Por qué crees que lo hicieron? Pues por la misma razón que el Apóstol Pablo compara los argumentos con fortalezas militares que sólo pueden ser destruidas con lo que yo llamo: "Argumento Espiritual". Es verdad que "las ideas mueven el mundo" pero un buen argumento, puede cambiar la historia.
¿Pero cómo se construye un buen argumento? Si quieres saberlo, tendrás que ponerte a estudiar, pues el propósito de esta nota, no es explayarme sobre un tema que es demasiado amplio para este espacio, sino alertarte sobre la importancia de ahondar en este estudio para que podamos identificar, no sólo las falsas doctrinas, sino también aquellas enseñanzas que hemos asumido como verdad y que están basadas, no en la Biblia sino en una falacia o equivocación.
Existen muy buenos argumentos, bien construidos y claros, pero esto no quiere decir que sean veraces. Se puede construir un buen argumento basado en una premisa equivocada. Creer que nosotros no seríamos capaces de hacer tal cosa, es mentirnos a nosotros mismos y a quienes nos rodean, pues todos podemos equivocarnos.
Todo argumento, correcto o no, tiene una "piedra angular" que lo sostiene y le da forma. Un Argumento Espiritual correcto estará baso en la Persona de Jesucristo, pues Él debe ser la piedra angular del Argumento Espiritual" (1 Ped. 2:6-8), pero como la piedra angular de todo argumento falso no es Jesucristo (aunque lo parezca) al desandarlo caerá, porque esa piedra angular no es perfecta. Tomemos como ejemplo el que di en el argumento circular: Este argumento está basado en dos premisas correctas, Dios creó a Satanás y éste tentó al hombre, por medio del cual vino el pecado. Sin embargo, aunque ambas afirmaciones son correctas y bíblicas, el engaño de este argumento se encuentra en su conclusión, es decir: "Entonces Dios creó el pecado". ¿Dónde se encuentra el engaño?, en el hecho de que este argumento dice que Dios creo algo malo, pues el pecado es algo malo, cuando la Biblia, una y otra vez, nos indica que todo lo que Dios creó es bueno en gran manera. Inmediatamente introduzco un argumento por analogía para reforzar mi conclusión: Así como no podemos decir que una silla o una mesa es una creación de Dios, sino una fabricación del hombre, el pecado es exactamente igual, el pecado se origina en el corazón del hombre y sabemos que nada tiene que ver con Dios, porque conocemos la persona de Jesucristo, el cual no tiene ninguna relación con el pecado (Heb. 9:28).
El conocer e identificar los diferentes tipos de argumentos, te servirá no sólo para defenderte, sino para preparar mejor tus propias predicaciones y estudios.
En el próximo post profundizaré un poco más en lo que llamo "Argumento Espiritual" para poder arribar a la conclusión sugerida por el título; es decir: que el manejo de esta "arma espiritual", realmente puede ayudarte a vivir del ministerio. No lo hago ahora, para respetar el formato que pretendo darle al Blog por un lado, y por el otro, para darte tiempo a digerir la información dada.
Dios te bendiga, mientras te preparas para "el frente de batalla".
Fuentes: https://www.lifeder.com/tipos-argumentos/
Parte 3
Habiendo estudiado qué es un argumento y los diferentes tipos de argumentación existente, en la siguiente nota hablaremos exclusivamente de lo que he dado en llamar "argumento espiritual".
Aunque ya lo habíamos señalado, vale la pena aclarar cuáles son los elementos que contiene el argumento espiritual:
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Está basado en la persona de Jesucristo. (Col. 2:8; Efe. 4:20)
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Por lo tanto, el conocimiento de Dios, es la clave que nos permitirá no sólo descubrir la mentira en un argumento, sino también construir uno sólido.
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Exige honestidad intelectual. (2 Tim. 2:7; Rom. 14:5, 22)
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Esto incluye la capacidad de admitir que nuestro argumento podría estar equivocado y debería ser revisado, corregido o descartado como equivocado.
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Debe apuntar al centro de la razón. (Rom. 12:1; 1 Pe. 3:15; 1 Cor. 2:16)
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Esto significa que necesitamos "construir" un argumento que haga que quien lo escucha, esté obligado a razonar, llevándolo por medio de una especie de camino mental, donde cada estación representa una conclusión parcial, hasta llegar a la conclusión final.
Esta poderosa arma espiritual, debe ser usada contra un falso argumento, para eso nos fue dada, (2 Cor. 10: 4,5). Notemos que la gran mayoría de los argumentos espirituales esgrimidos en las epístolas por los Apóstoles, no son otra cosa que contra argumentos para rebatir las falsas doctrinas. Sin embargo, también tenemos argumentos espirituales que sirven para reafirmar diferentes verdades doctrinales. El libro de Romanos nos ofrece mucho sobre esto.
Una falacia es un razonamiento que a pesar de parecer un argumento válido, no lo es. Existe una variada clasificación de tipos de falacias, algunas de ellas puedes encontrarla haciendo clik aquí. Lo importante del argumento espiritual, es que es un arma que debes desenfundar cuando adviertes que la falsa doctrina se está infiltrando en la iglesia o en la vida de algún miembro o en tu misma vida.
Aunque te parezca que no, no somos pocos los pastores que en algún momento hemos aceptado en nuestra vida argumentos falaces que han desembocado en malos resultados. Y aunque te parezca mentira, la mayoría de dichos argumentos han sido acuñados en nuestra juventud, mientras estudiábamos en el seminario; aveces, porque directamente nos enseñaron algo que era equivocado y lo aceptamos sin cuestionar; y otras, simplemente porque entendimos mal algo o lo aplicamos peor.
En mi caso, déjame decirte que me di cuenta de algunos conceptos erróneos en mi propio ministerio, no por lo que hacía, sino por los resultados que obtenía. Esto es importante: Si la Biblia reclama determinados resultados ante determinadas acciones, y estos resultados no se dan, hay que revisar lo que estamos haciendo mal, porque la Biblia no puede estar equivocada. Por ejemplo: Si la Biblia enseña que Dios quiere que el anciano sea digno de doble honor, cuando habla de su sueldo (1 Tim. 5: 17,18), y claramente ordena que debemos vivir del ministerio (1 Cor. 9:14; 3º Jn 5-8), si esto no se da, entonces debemos revisar dónde nos estamos equivocando.
Una de las cosas que he notado en Argentina y en otros países, es que entre las iglesias existe un común denominador que es la falta de recursos económicos para sostener a un pastor tiempo completo en el ministerio y una falta de enseñanza con base bíblica que justifique la manera en que administramos las ofrendas en la iglesia. Es evidente, entonces, que necesitamos revisar la manera en que administramos el dinero, justificándolo con una base doctrinal importante. ¿poseemos esa base doctrinal?
No puede haber argumento espiritual correcto, si dicho argumento no tiene una cuota de honestidad intelectual, lo que significa, estar dispuesto a cambiar mi posicionamiento si el argumento de mi oponente es mejor en estas tres áreas: Esta mejor basado en la persona de Jesucristo, es intelectualmente honesto y apunta impecablemente al centro de mi capacidad de razonar, destruyendo la bases que sostenían mi enseñanza.
En mi caso, te cuento que un día estaba predicando un sermón basado en Hechos 13, sobre misiones. Durante dicho sermón, varias veces mencioné que la iglesia debe enviar a los misioneros al campo misionero. Cuando terminé de predicar se me acercó un hombre que apenas había recibido a Cristo hacía unas semanas y me inquirió: - "Pastor, ¿Puedo hacerle una pregunta? Usted dijo que la iglesia debe enviar a los misioneros, sin embargo, en el mismo texto que usted predicó, se dice que ellos fueron enviados por el Espíritu Santo ¿no?" Inmediatamente abrí mi Biblia y leí: "Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre" (Hch. 13:4) Me quedé perplejo, lo único que atiné a decir es que él tenía razón, que yo me había equivocado. - "Tenés razón, el Domingo que viene aclararé el punto".
Demás está decirte que hasta ese día creía que era la iglesia la que enviaba. De hecho "iglesia enviadora" es una expresión muy común entre los misioneros. Esa semana me avoqué a estudiar el tema y el Domingo siguiente tuve que aclarar y admitir mi equivocación.
Creo que una de las razones por las cuales muchos pastores pudiendo vivir del ministerio, no pueden hacerlo, aun a pesar de las condiciones favorables pues lideran iglesias grandes, es simplemente porque cuando un argumento falaz se introduce en la vida de alguien que no puede admitir una equivocación, este argumento se convierte en una fortaleza que termina perjudicándole innecesariamente. Los justificativos utilizados para defender su posición tales como: "Tenemos otra filosofía de ministerio", "a la gente no le gusta que hablemos de dinero", "tal vez es la manera en que Dios decidió obrar en esta iglesia", etc. sólo hacen que los muros de dicha fortalezca crezcan, perjudicando a quienes quedan atrapados entre ellos.
¿Te das cuenta del por qué la adquisición de este recurso podría ayudarte a vivir tiempo completo del ministerio? Porque a medida que te vuelves experto en el manejo de esta arma espiritual, no sólo podrás rechazar los ataque externos de las falsas doctrinas, sino que podrás identificar cuál es el problema que te impide hacerlo por el momento, implementando diferentes argumentos que ayuden a tu gente a entender cual es la parte que les corresponde en el asunto.
Permíteme aclararte que de ninguna manera estoy en contra de que un Pastor trabaje secularmente entre tanto su iglesia no puede sostenerlo, si lo ha de hacer provisionalmente. Pero no me parece bien que aquel Pastor que lidera una iglesia que puede sostenerlo tiempo completo, rechace dicho privilegio, porque su trabajo secular le reditúa más económicamente. ¿Por qué no me parece bien? Porque sobre todos los que anunciamos el evangelio, pesa una orden directa del Señor, de que debemos vivir del evangelio (1 Cor. 9:14), y eso no es poca cosa.
Espero que esta serie de artículos te hayan servido para reparar en este recurso espiritual, muy poco estudiado, pero que puede ayudarte mucho a defenderte de las falsas enseñanzas y a presentar tus sermones de manera mucho más eficaz, porque ya no lo haces por intuición, sino con un fundamento científico.
Las falsas doctrinas más populares, están bien argumentadas y es por eso que son tan eficaces, pero si encuentras la "piedra angular que las sostienen" y la remueves con un argumento espiritual sólido, no sólo salvaras muchas almas del error de sus caminos, sino que también te proporcionará seguridad al ver a Dios obrando por medio de su Palabra y no te dará pena predicar determinados temas, que para otros ministros, parecerían ser tabú hablarlos en público.
Dios te bendiga.