Dos Enseñanzas Que Nos Deja El COVID19 a Los Pastores

10.07.2020

Lo que creemos que ya sabemos es a menudo lo que impide que aprendamos"

Claude Bernard

Jesucristo lo dijo con otras palabras: "¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra" (Jn. 8:43), sin duda podemos aprender muchas cosas de esta pandemia que ha sabido ser, desgracia para muchos y oportunidades para pocos. Sabemos que a los que amamos a Dios, todas las cosas deberían ayudarnos para bien (Rom. 8:28), por lo que me puse a pensar: ¿Qué cosas podemos aprender de esta pandemia?

Aquí les traigo entonces, dos enseñanzas que a mi entender, son cruciales que las asimilemos, si hemos de ser una influencia transformadora en este mundo:

                      LOS PASTORES TAMBIÉN MUEREN

Uno de los problemas más graves que actualmente advierto, tocante al ministerio pastoral, es la falta de líderes en preparación que hay en la mayoría de las iglesias que visito. Parecería indicar que los pastores no están teniendo en cuenta que ellos también podrían ser llamados a la presencia del Señor en cualquier momento.

En estos últimos meses de pandemia, han muerto ya, varios jóvenes pastores y misioneros a causa del virus (y por otros motivos también).

Sé de uno, en particular, que estaba a punto de salir a la ventana 10/40... ya no está entre nosotros.

El COVID19 ha pegado con dureza a un liderazgo que por inexplicables razones, no se ha preocupado en preparar líderes que lo secunden. El resultado de ello, es el agravamiento de una situación que ya era alarmante: la falta de Pastores para las congregaciones.

Hace un tiempo escribí un artículo que profundiza en este tema. Si lo lees, entenderás de qué estoy hablando. Haz clic sobre la imagen si deseas acceder a él.

LA FALTA DE PRESENCIA DE PASTORES EN LAS REDES

Ya es innegable la tremenda influencia en la sociedad que ejercen las redes sociales. Los partidos políticos de todo el mundo lo han advertido a punto tal, que en los países con gobiernos totalitarios, tienen el acceso restringido o realizan ciberpatrullajes, para medir el descontento social de sus ciudadanos. En los países de gobiernos más democráticamente libres, son utilizadas para ganar adeptos a sus causas.

Personalmente debo admitir que nunca fui afecto a esta increíble herramienta de trabajo. Nunca entendí su potencial hasta que llegó el COVID19.

Como una manera de sortear los obstáculos para que el evangelio sea predicado a pesar de la cuarentena, accedí a regañadientes a la transmisión en vivo de mis enseñanzas.

Me asombré al advertirme mi esposa, que las mismas fueron escuchadas por personas que hace años tratamos de testificarles sin encontrar la oportunidad. Y lo más asombroso de todo: Saber que fui "proyectado" en una iglesia, donde escucharon mi predicación en lugar de la de su pastor, en el marco de una conferencia misionera: ¡Increíble!

Al final, debí confesar que estaba equivocado. Ahora, estoy tratando de aprender cómo tener influencia en las redes sociales, ya que la presencia de pastores con sanas posturas bíblicas, por lo que puedo apreciar, escasea demasiado.

Personalmente, creo que cada pastor debería tener un blog donde publicar sus enseñanzas. Escribir ayuda mucho al desarrollo del lenguaje y el ordenamiento de los pensamientos e ideas. Además, la colaboración entre "blogueros" facilita la publicación de notas y el crecimiento de audiencias.

En la actualidad, los blogs no están de moda. La gente no quiere leer, por lo que el material multimedia es lo que más está siendo aceptado entre el consumidor de contenidos. Sin embargo, los blogs son utilizados como fuente de consulta por muchas más personas que las que te imaginas. En mi caso, aunque te parezca mentira, tengo cerca de 2700 visitas mensuales a mi blog. Sé que es muy poco en los términos que se maneja hoy día en las redes, pero... ¿Quién de nosotros tiene en su iglesia una cantidad igual de visitas?

Tengamos en cuenta que por más que les advirtamos, nuestros miembros seguirán nutriéndose de las redes y muchas veces, de seudopastores que predican un evangelio distorsionado. ¿Por qué? Pues porque ellos están ejerciendo una mayor influencia que nosotros.

¿Cuántas veces hemos predicado la importancia de creer en Jesucristo como Salvador y Señor personal? Creemos que este evangelio debe llegar a cada criatura, y hacemos varios esfuerzos por llegar a ellas: visitación casa por casa, impresión de folletos, Biblias y estudios, campañas evangélicas, etc.

Todo menos redes sociales.

Sin embargo déjame proporcionarte una verdad de los tiempos en que vivimos:

Si quieres llegar a una vida, debes llegar a su teléfono móvil"



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