El Avance Político Sobre La Familia

20.10.2020

Un ataque directo a la Iglesia de Dios

El matrimonio entre un hombre y una mujer fue creado por Dios en los albores de la civilización humana (Gén. 2:21-25; Mat. 19:4,5). No es un invento del hombre. Y la familia, es una de las tres instituciones creadas por el Dios de la Biblia (las otras dos son el gobierno humano -Naciones- y la iglesia). No fueron creadas caprichosamente. Cada una de estas instituciones tienen un propósito Divino y reglas para funcionar, las cuales, en el caso de la familia, se encuentran detalladas en la Palabra de Dios (Efe. 5:22-6:4; Col. 3: 18-23; 1 Tim. 3: 1-5; 1 Tim. 1: 5,6; 1 Pe. 3: 1-9; 1 Cor. 7: 1-40; Mat. 19: 1-12). Tal vez, te preguntes qué tiene que ver ésto con misiones. Mucho, porque la destrucción de la familia hace al debilitamiento de las iglesias y por ende, al de la obra misionera mundial.

Identificando El Ataque

En primer lugar debemos identificar el ataque para poder denunciar el pecado. Somos predicadores de la Palabra de Dios y es nuestro deber alertar a nuestro rebaño sobre los sutiles avances en contra del Evangelio. ¿Pero qué vamos a denunciar si no sabemos exactamente lo que nos está atacando y dónde nos está pegando? Sabemos que nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra huestes espirituales de maldad (Efe. 6: 12-17), por lo que la lucha debe darse en el terreno espiritual e intelectual. Porque nuestros argumentos deben estar basados en la Palabra de Dios (1 Cor. 10: 4,5) y es precisamente, con argumentos espirituales, que debemos oponernos al avance del maligno sobre la iglesia.

NOTA: Te recomiendo para profundizar el tema "argumentos", que leas el siguiente artículo: Haz Clic aquí

Nuestro adversario es el diablo, quien nos ataca con sutilezas tan bien planificadas, que vamos aceptándolas en nuestra vida e iglesia, casi sin darnos cuenta (Col 2:8). Pero ¡Cuidado!, nos encontramos al borde de la persecución, pues no estamos haciendo nuestro trabajo de alertar y denunciar lo que se avecina. Veamos dónde nos está pegando Satanás.

El ataque a la familia cristiana se está realizando desde diferentes enfoques, muchos de los cuales no nos hemos detenido siquiera a analizar. Pero llegó la hora de que lo hagamos. Dichos enfoques son:

  • El lenguaje inclusivo

  • El aborto

  • El "matrimonio" igualitario

  • El patriarcado

  • Las diferentes políticas de género

Veamos cómo cada uno de estos ítems golpea con fuerza diabólica sobre las bases de la familia y de la Iglesia de Dios.

El lenguaje inclusivo: La razón por la cual se está tratando de cambiar el significado de las palabras, es porque se sabe muy bien, que cambiando el significado se altera la percepción de la realidad. Hace años que en los medios de comunicación se está tratando de modificar el significado de las palabras o aplicando eufemismos con dichos propósitos. El éxito de esta estrategia lingüística se deja entrever desde el momento en que existen muchos cristianos que, por ejemplo, ven la palabra "discriminación" como algo malo. Algunos creen que un cristiano no debería discriminar, cuando la Biblia claramente nos manda a hacerlo (Isa. 5:20; Lev. 11:45-47; Eze. 22:26; 44:23; Mal. 3:18; 1 Cor. 2:14).

Así mismo, los eufemismos para imponer agendas políticas se encuentran a la orden del día, por lo que "aborto" se ha trocado por "interrupción gratuita y segura del embarazo", lo cual es una mentira, ya que médica y prácticamente hablando el aborto (que es como se llama a la interrupción de un proceso que no puede volver a reanudarse) ni es 100% seguro, pues toda operación conlleva riesgo de vida, ni puede ser gratuito, debido a que los profesionales cobran por su trabajo y los elementos quirúrgicos tienen un precio. Pero, "interrupción del embarazo" es más potable que utilizar la palabra "ABORTO". Tristemente, a pesar de lo que la Biblia dice al respecto, he escuchado el comentario de varios creyentes declararse a favor del mismo. Los eufemismos utilizados sirven para esto.

Pero cuando hablamos del lenguaje inclusivo, lo que a veces no entendemos, es que la artificial ingeniería lingüística impuesta por la agenda política del foro de San Pablo, ataca por elevación al mismo Señor Jesucristo. Veamos cómo es esto: La Biblia dice claramente de sí misma que es la Palabra inspirada de Dios (2 Tim. 3:16) la cuál es viva y eficaz (Heb. 4:12) y que Cristo es la Palabra enviada de Dios (Juan 1:1); pero ahora que ya se ha instalado la idea de que nuestro lenguaje es patriarcal y debe ser reformado, se está trabajando en sacar traducciones de la Biblia con lenguaje inclusivo (lo cual es un eufemismo porque nuestro lenguaje nunca fue exclusivo ni patriarcal y siempre contempló, incluso, las expresiones neutras). Si al principio de esta iniciativa, cuando el lenguaje inclusivo se estaba tratando de imponer, hubiera hecho esta denuncia, se hubieran burlado de mí, pero ahora contamos con suficientes elementos para observar que éste ataque está metodológicamente planificado. No es casualidad que en las marchas feministas se ataque a las iglesias católicas -e indirectamente al cristianismo- mientras trabajan en una traducción de la Biblia con lenguaje inclusivo, se destacan en los periódicos las historias de pastores evangélicos corruptos, aparecen iglesias evangélicas inclusivas y se denoste al ya famoso pero inexistente patriarcado opresor.

La pretensión de traducir la Biblia a "lenguaje inclusivo" es un claro ejemplo de cómo determinados sectores políticos están empeñados en destruir desde adentro, los pilares de la fe cristiana.

El Aborto. Ya vimos cómo la subversión del lenguaje ha servido, entre otras cosas, para imponer la agenda del aborto en todo el mundo latinoamericano; pero lo que pocos han advertido, es cómo esta agenda atenta contra la vida humana golpeando directamente la base demográfica que ha sido la fortaleza de nuestros pueblos. La Biblia asegura que cada ser humano que nace, ha sido previamente pensado por Dios y su llegada a este mundo tiene un propósito Divino. Este propósito es delineado antes de la concepción, por lo que el mismo Dios se encarga de supervisar cada etapa del desarrollo de cada ser gestado en el vientre materno (Jer. 1:5; Sal. 139:13-18). La vida humana es protegida en la Biblia por la pena de muerte (Gén. 9:6) y cada embarazo es celebrado como una bendición de Dios (Deut. 28:4; Luc. 1:42).

En Groenlandia, por tomar un ejemplo que no sea EE.UU., en el año 2013 la legalización del aborto la orilló a ostentar una taza de abortos mayor a la de nacimientos (Fuente: BBC News). Todos saben que el aborto clandestino, por ser tal, no puede cuantificarse, sin embargo, si entras a la página de la ONU, te dirá que en los países donde el aborto está restringido, es donde existen más abortos, mientras que en los que están permitidos, las mujeres abortan menos. Pero como para muestra basta un botón, lo único que debemos hacer es citar los números oficiales de un país donde el aborto es un delito y compararlos con otro país donde el aborto esté permitido. Tomemos a Argentina por ejemplo, donde el último dato oficial del años 2016, se nos dice que hubieron 245 muertes maternas de las cuales 50 muertes se produjeron como consecuencia de un aborto (no se aclara cuántas se debieron a abortos inducidos y cuántas fueron espontáneos, pero vamos a tomar como 50, el número de muertes maternas y le sumaremos otras 50 muertes, pues debemos contabilizar a los bebés no natos). Recordemos que Argentina tiene aproximadamente 45 millones de habitantes. Comparemos entonces, los datos oficiales con Uruguay, ya que dicho país tiene legalizado el aborto desde el año 2013. Desde entonces, la cantidad de abortos ronda, aproximadamente, los 8000 abortos por año en promedio. La diferencia es abismal, sobre todo, si vemos que Uruguay es un país de apenas 3 millones de habitantes (Fuente: ASSE).

  • Argentina tiene penalizado el aborto y posee 45 millones de habitantes: 50 muertes maternas por año, 50 muertes de niños por año, aproximadamente (dato especulativo vasado en cifras oficiales)
  • Uruguay tiene despenalizado el aborto y posee unos 3 millones de habitantes: 7 muertes maternas por año, 8000 asesinatos de niños por nacer, por año.

Es evidentemente desproporcionado e incoherente, que por tratar de evitar la muerte anual de menos de 50 madres que decidieron asesinar a sus propios hijos, permitamos el genocidio de miles de seres humanos. Sin embargo no es de extrañar ya que la Biblia advierte qué pasa con aquellos que se apartan de Su Creador:

Romanos 1:28: "Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen"
Pero esta incoherencia orquestada desde las Naciones Unidas, no es de asombrarnos cuando recientemente China, Cuba y Rusia fueron elegidos para integrar el consejo de los derechos humanos (Fuente: Infobae).

El aborto ataca directamente el derecho humano a la vida, debilita la conformación de la familia y retrasa la taza de natalidad haciendo que los países que la legalizan se debiliten en su estructura social.

Estudios recientes informan que el estrés pos traumático sufrido por un alto porcentaje de mujeres que abortan, dejan en ellas cicatrices psicológicas acordes a las advertencias bíblicas:

Romanos 14:22: " ... Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba"

Infeliz será entonces, aquel que actúa de manera contraria a las normativas morales impuestas por Dios y la ciencia moderna.

El Matrimonio Igualitario: El mismo nombre impuesto a la ley es un ataque directo a la institución creada por Dios y un eufemismo difícil de defender. En primer lugar, la razón del nombre es claramente, bastardear una institución religiosa protegida por el estado en virtud de su beneficio social. La ley podría haber ostentado otro nombre, pero aquellos que la impulsaron lucharon también para que la palabra "matrimonio" fuera tenida en cuenta. "Unión civil" o algo por el estilo no alcanzaba. ¿Por qué? Porque lo que se buscaba era atacar indirectamente la institución creada por Dios.

La palabra matrimonio viene del latín "matrimonium", la cual proviene de "mater" (madre) y monium (calidad de). Matrimonio tiene un origen similar a patrimonio formada por pater (padre) y el subfijo monium. Patrimonio hace referencia los bienes adquiridos por herencia, mientras que matrimonio refleja la unión entre marido y mujer. La palabra madre viene del latín "mater", palabra de la cual se deriva la palabra latina "matrix" ("ma" por madre y "trix" que significa agente femenino). Así, Actriz es el femenino de actor, Directriz es el femenino de Director, Emperatriz es el femenino de Emperador, etc. La matriz hace referencia al útero materno y el privilegio que Dios le ha dado a la mujer de poder gestar en su útero una vida humana y de aquí deriva la palabra matrimonio que es como se denomina a la unión de un hombre y una mujer por su potencial de engendrar vida humana. Por lo tanto, "matrimonio igualitario" es un contrasentido, ya que el mismo por su naturaleza no puede gestar vida naturalmente, porque la misma sólo es posible por la unión de un hombre y una mujer.

Lo que ellos llaman matrimonio igualitario, la Biblia lo llama claramente pecado (Rom. 1:26-32), y aquellos que lo practican quedarán excluidos de la gloria de Dios (1 Cor. 6:9,10). El matrimonio dado por Dios es una institución tan sagrada, que es comparada con la misma iglesia en cuanto a pureza y castidad que debería ostentar (Heb. 13:4; 2 Cor. 11:2; Efe. 5:32,33; Apoc. 19:6-9), pero éstos han logrado que las mismas instituciones que antaño protegían la unión matrimonial, hoy la bastardeen igualándola en su categoría a una unión pecaminosa repudiada por las Escrituras y totalmente alejada incluso, del significado de la palabra con la cual pretenden disfrazarla de cristianismo.

La palabra matrimonio exalta la vida, y es por eso que los gobiernos decidieron proteger esta institución, por ejemplo, con una pensión en caso de fallecer un cónyuge. No para protección del deudo, sino de la prole resultante de aquella unión, ya que los niños son el futuro de un pais. Mientras que "matrimonio igualitario" tiene exactamente el resultado contrario, puesto que dicha unión no produce vida alguna, por lo que la pensión al deudo pierde todo sentido pues no trae ningún beneficio a futuro para el país. Habrá alguno que argumente que muchos matrimonios de esta naturaleza pueden adoptar ¡Y lo hacen! Y que ello representa un beneficio para la república, pero paso a explicar por qué esto no es así. En primer lugar la adopción no es un derecho de los adoptantes sino un derecho de los huérfanos. Un niño cuyos padres lo abandonaron o murieron, tiene el derecho de ser criado por un padre y una madre puesto que él mismo es resultado de una unión biológica igual. Todo niño tiene derecho a pertenecer a una familia conforme a su naturaleza humana natural. Un niño no es una mascota para satisfacer la soledad o las ganas de ser mamá o papá de aquellos que optaron por un estilo de vida contrario a su propia naturaleza. En segundo lugar, la adopción de niños por parte de este tipo de "matrimonios" es perjudicial para la república por el siguiente motivo: regularmente hablando, el grupo LGTBQ representa entre 1,8 y el 2% de la población de cualquier país, pero de los niños criados por matrimonios pertenecientes a este colectivo, más del 30% terminan declarándose no heterosexual. ¿Por qué esto es muy malo para cualquier nación? Porque este grupo de personas representan un grupo de riesgo sanitario altísimo. El promedio de vida de estas personas no supera los 60 años de edad, ostentan la taza de suicidios más alta del mundo y es el grupo humano con mayores riesgos de salud. (Fuente: Notividia)

El patriarcado. Lo primero que debemos hacer es tratar de ver cómo definen esta palabra aquellos que luchan contra este molino de viento. Se denomina patriarcado a toda forma de organización social cuya autoridad se reserva exclusivamente al hombre o sexo masculino. En una estructura social patriarcal, la mujer no asume liderazgo político, ni autoridad moral, ni privilegio social ni control sobre la propiedad. Resulta irónico pensar entonces, que la lucha contra el patriarcado se halla dado en Argentina, justo cuando el presidente era una mujer.

En realidad, el movimiento feminista argentino ha visto "fantasmas patriarcales" en donde no los hay, y con ello, ha propiciado un ataque directo a la familia cristiana exacerbando un odio hacia los hombres y una brecha con la mujer, contraria a los beneficios naturales que todo país merece disfrutar del trato entre ambos sexos. En primer lugar se habla de una brecha salarial inexistente, porque si las mujeres cobraran menos salarios por el mismo trabajo, el mercado estaría liderado por mujeres, ya que los empresarios las contratarían a ellas para maximizar ganancias. Pero no es así, evidentemente. También el movimiento feminista acusa de ser contrarias a ellas, a toda mujer que desee tener un hijo y vivir en el seno del hogar, antes que trabajar profesionalmente. El movimiento feminista acusa a los hombres de ser todos potenciales violadores y proclama que cada mujer, es una víctima del patriarcado opresor y capitalista. Sin embargo, por lo menos en Argentina, hay más hombres que mujeres en condición de calle. Mueren más hombres que mujeres cada año y cada año son más las víctimas masculinas por delincuencia que las mujeres. Claramente el patriarcado es un molino de viento, una fabricación política destinada a exacerbar los ánimos y atacar a la familia cristiana la cual tiene una composición contraria a estos diabólicos ideales feministas. ¿Por qué diabólico? Porque toda filosofía que contradice la Palabra de Dios tiene un origen diabólico (Sant. 3:14-16).

La Biblia manda a todos los hombres casados a amar a sus mujeres y dar su vida por ellas, tal como lo hizo Cristo por Su iglesia (Efe. 5:25), tenemos el deber moral impuesto por Dios de proveer para el hogar (Gén. 3:19; 1 Tim. 5:8) y tratar al sexo femenino con delicadeza y honor (1 Pe. 3:7), la Biblia aclara perfectamente que un hombre casado no tiene poder sobre su propio cuerpo, sino que su cuerpo es de su mujer (1 Cor. 7:4) y que tal como se cuida a sí mismo, de esa manera debe cuidar y proteger a su esposa (Efe. 5:28). ¿Dónde se aprecia en estas enseñanzas el patriarcado opresor? Lejos de ello, la estructura patriarcal que la Biblia enseña que debe tener un hogar, no está relacionada con un patriarcado opresor, sino con un acuerdo de partes donde cada una se compromete a cumplir con un rol designado por Dios:

  • El hombre debe tener por cabeza (liderazgo) a Cristo (1 Cor. 11:3)

  • La mujer a su marido, sujetándose voluntariamente (Efe. 5:22,23)

  • Y los hijos deben obedecer a sus padres (Efe. 6:2)

La Biblia enseña que en el hogar debe haber un orden de autoridad que comienza en Dios, pasa por Cristo, el hombre, la mujer y los hijos. Todos deben respetar dicha autoridad "en el Señor" o sujetarse "como al Señor" (Efe. 6:1 y 5:22; Col. 3:18), lo que indica que cuando el orden de autoridad es destruido por alguna de sus partes, el eslabón espurio debe ignorarse a fin de que la verticalidad que llega hasta el Señor, perdure. Por ejemplo: Una mujer no tiene la obligación moral de sujetarse a su marido, si éste no se sujeta a Cristo y no consiente en vivir con ella (1 Cor. 7: 13-17), y los hijos no tienen por qué sujetarse a los padres si éstos son maltratadores o ponen en riesgo la integridad de los menores (Efe. 6: 1-4). En dichos casos la cadena de autoridad que llega a Dios, debe ser restaurada haciendo a un lado la autoridad de quien desprecia la autoridad de Cristo sobre su vida.

El orden patriarcal propuesto por la Biblia, no tiene nada que ver con la idea de opresión, sino de protección tanto de las mujeres como de la prole. El trabajo de cada padre o jefe de familia, consistirá en trabajar para que esa cadena de autoridad espiritual que llega hasta Dios, no se corte por ningún eslabón. (Sal. 127; 128)

Las políticas de género: Todas las políticas de género son impulsadas de manera totalitaria por la mayoría de los países latinoamericanos. No fueron propuestas en ninguna plataforma política pero sí fueron impuestas como una necesidad de detener una supuesta ola de suicidios entre personas que padecen disforia de género, es decir, se encuentran en un estado de tristeza, molestias o con sensaciones desagradables de irritabilidad o inquietud en relación a su condición sexual. "Disforia" es lo opuesto a euforia.

Es ya un secreto a voces, que en todos los países donde se están aplicando políticas de género, los suicidios entre estas personas ha aumentado a niveles que ya está superando el asombroso 40% (Fuente: Asociación de Transexuales, Intersexuales y Transgéneros de Cataluña).

Entre los jóvenes transgénero, esta tendencia es del 14% (Fuente:  CNN)

Estas cifras (40%) son las mismas entre las personas que se sometieron a cirugías de reasignación de sexo (Fuente: Vida Selección)

Hay una relación espiritual y una médica que explica la razón de este aumento de suicidios. La espiritual es que la paga del pecado siempre es muerte. Muerte física y muerte eterna en el infierno. (Rom. 6:23; Apo. 20:14,15). La razón médica, es que en vez de tratar al enfermo, estamos tratando de normalizar una enfermedad por demás nociva para quien la padece. Lo explicaré burdamente y con un ejemplo extremo, con el fin de clarificar y simplificar lo que está pasando: Si viene a mí una persona que se auto percibe Súperman y yo, en vez de tratar de explicarle que no lo es, que tiene un problema de percepción que debe tratar, normalizo dicha patología y lo felicito porque encontró un propósito para su vida, que es volar por la ciudad haciendo justicia con sus super poderes, el día que aparezca muerto porque se lanzó de un edificio queriendo volar, o se enfrentó a unos delincuentes y lo mataron, ¿Podré decir que se suicidó, que lo mataron o que yo mismo lo inducí a la muerte?

Lo que está ocurriendo es que el mismo estado, negando la enfermedad, está matando a miles de personas que bien podrían seguir con sus vidas, si se las sometiera a tratamiento o consejo espiritual adecuado. En lugar de esto, se las usa políticamente y sus muertes, entran en las estadísticas como suicidios, cuando deberían ser anotadas como suicidios inducidos, lo que realimenta el sistema para destinar más recursos a las políticas de género. Un círculo perverso destinado a desviar recursos estatales para ser utilizados con motivos espurios.

El resultado es un ataque directo al evangelio. En Argentina, la ley de identidad de género (26.743) fue promulgada por el decreto 773/2012 el 24 de Mayo del 2012 y reglamentada por decreto 1007/2012 aquel mismo año. En uno de sus artículos, obliga a los ciudadanos a tratar a las personas que padecen disforia de género, según se auto perciban, violando de esta manera, el derecho a la libre expresión, es decir que un ciudadano pueda opinar que un hombre, por más que se auto perciba mujer, nunca dejará de ser hombre. Un echo objetivo y científico que dicha ley pretende acallar, por el bien de aquellos que pudieran ser impulsados al suicidio por escuchar semejante opinión.

Es evidente que todas y cada una de estas políticas (El lenguaje inclusivo, aborto, matrimonio igualitario, ideología de género y la lucha contra el patriarcado) atacan de manera directa o indirecta el corazón de la familia cristiana, que en el mundo occidental y libre, ha sido la base de nuestra sociedad y ha convertido a las naciones que la protegen, en potencias mundiales.

Es interesante notar que todas estas políticas son impulsadas por grupos o personas que en su mayoría, son admiradores de Rusia y China, potencias que rechazan la mayoría de estas políticas en sus propios territorios. ¿Por qué? Porque el aborto, el matrimonio igualitario y las políticas de género, detienen el avance demográfico, que es en definitiva lo que hace fuerte a las naciones que crecen y debilitan a las sociedades, como la europea, que las permite. Hoy Europa vive un invierno demográfico y debido a que su población es muy adulta, una lucha desigual contra un virus que mata principalmente a los ancianos.

El lenguaje inclusivo atenta contra la Palabra de Dios; el aborto contra el derecho a la vida, El matrimonio igualitario y la lucha contra el patriarcado, apuntan al corazón de la familia Cristiana ¿Qué haremos al respecto?

Lo Que Debemos Hacer

Lo primero que hay que hacer es denunciar ante nuestra grey lo que está pasando. Debemos entender que aquellos que promueven estas políticas o se declaran netamente a favor de ellas, lo que están haciendo es tratar de legalizar lo que la Biblia claramente declara como pecado. No debemos caer en el falso argumento de que no se puede legislar en función de nuestras creencias religiosas, sino que los políticos deben legislar en beneficio también de aquellos que no las comparten. ¿Por qué no? Porque estas ideas son claramente nocivas para la república y conducen al debilitamiento social, moral y económico de aquellos países que la practican. La ideología de género es un conjunto de ideas que contradicen claramente a la ciencia moderna, al igual que el ya famoso argumento de que un bebé en gestación no es un ser humano. Ya la ciencia declaró que desde el mismo instante de la concepción, aquel embrión contiene una carga genética claramente humana y diferenciada del padre y de la madre, lo que lo convierte en sujeto de derecho, lo que implica a su vez que como tal, tiene derecho a la vida. Ninguna madre tiene el derecho de matar a su niño.

Éstas políticas atentan contra el tejido social que todo gobierno debería fortalecer y contra la misma iglesia de Dios, pues el ataque a la familia cristiana es ya innegable. Atacan desde varios frentes nuestra fe, debilitando la interpretación de la Palabra de Dios, impidiendo el nacimiento de niños, bastardeando una institución tan sagrada para nosotros como el matrimonio, debilitando el liderazgo del hombre en el hogar, subvirtiendo el orden de autoridad dado por Dios, y enseñándoles a nuestros niños una "Educación sexual" plagada de ideas contrarias a nuestra fe y a la ciencia.

Conclusión

Cualquier pastor que se declare a favor de un gobierno que impulse dichas políticas, adopta una actitud contraria a la que debería.

Es hora de que nos paremos como referentes religiosos y pregoneros de un mensaje Divino, a denunciar el pecado de David, la rebeldía de Acab o la corrupción de Herodes. Es mejor perder la cabeza en el proceso, con el beneplácito Divino, que ser aplaudido por un mundo que ya ha sido condenado, porque no ha creído en el unigénito Hijo de Dios (Juan 3:18; 12:42,43).


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