El Carácter Totalitario Del Protestantismo

19.07.2020

Historias de monstruos

Jorge Corsi nació en 1948. Licenciado en Psicología, egresado de la Universidad de Buenos Aires, se inició en el tema de violencia familiar. Autor de cinco libros, integró una comisión para elaborar un proyecto de ley sobre violencia de género. Perdió su prestigio tras ser investigado y encontrado culpable de abuso sexual de menores. El monstruo era un pedófilo que no sólo consumía pornografía infantil: también la producía. ¿Qué crees que pasó con sus libros? Todos sus libros fueron sacados de circulación al ser condenado.

Te cuento otra historia...

Adolfo Hitler nació en 1889, fue un político, militar y dictador alemán. Llevó al poder al partido Nacionalsocialista Obrero Alemán o partido Nazi, utilizando la figura de Martín Lutero en sus afiches políticos. Es que Martín Lutero elaboró una refinada teología antisemita, que fue hábilmente utilizada por Hitler. Si no conoces el resto de la historia, puedes googlearla para darte cuenta que el hombre resultó ser un genocida confeso y muy efectivo, con una inclinación a la matanza preferente de judíos. Al terminar la guerra: ¿Qué hizo Alemania al respecto? Prohibió la producción, distribución, exhibición y glorificación del Nacionalsocialismo. Ni Hitler ni otras grandes figuras del III Reich tienen tumba donde se les pueda rendir homenaje.

Estas dos historias tienen algo en común: El mundo decidió que los monstruos que la protagonizaron, no deberían seguir influenciando con sus escritos. Escribieron algunas cosas sensatas así que: ¿Por qué eliminar todas sus obras? Pues porque el resultado de las mismas fue brutal.


La historia de tres Genocidas confesos

Martín Lutero. Nació en 1483. Es el mayor de los reformadores católicos. Sólo hablaré de él lo que pocos dicen. La opinión mayoritaria la puedes encontrar fácilmente. Pero el dato de que mandó a matar a no menos de 100.000 anabaptistas, sin contar las vidas de católicos, calvinistas y "brujas". El dato de que él con su ideología no sólo avaló dichas matanzas, sino que murió siendo un genocida confeso... ese dato no lo vas a encontrar tan fácilmente.

No podemos leer a Lutero y separar sus obras del contexto político en el que fueron dadas. Cada uno de sus escritos, por muy santos que parezca su lenguaje, en realidad, fueron utilizados políticamente a favor de los príncipes de Sajonia, que no tenían argumentos para separarse del Papa. Lutero se los dió. Y se posicionó políticamente junto a ellos, a pesar de que éstos oprimían a su pueblo con pesadas cargas tributarias que lo sumía en la pobreza absoluta.

Puedes leer al respecto haciendo clic aquí

Están tan bien documentadas las atrocidades cometidas por el luteranismo y avaladas por Lutero, que recientemente, el luteranismo pidió disculpas públicas por sus atropellos totalitarios cometidos en el pasado.


Ulrico Zwinglio. Nació en 1484. Fue el "gran" reformador Suizo quien al no poder controlar con la palabra a quienes se le oponían, avaló en 1526 el Consejo de la ciudad de Zúrich que aprobó la pena de muerte para estos -según ellos- alborotadores y enemigos del orden. La pena sería por ahogamiento, ya que los anabaptistas no aceptaban el bautismo de infantes. Una orden, sin duda, cargada de una sádica ironía.

El resultado inmediato de la ideología predicada por este reformador no sólo fue la persecución de los anabaptistas, sino el desarrollo de guerras contra los católicos que cobró miles de vidas. Él mismo murió en la batalla de Kappel, el 9 de octubre de 1531, batalla librada gracias a sus conceptos teológicos para justificarla.

Juan Calvino. Nació en 1509. Fue el creador de una severa reforma religiosa que impuso por la fuerza en Ginebra. Hereje él mismo para la Iglesia de Roma, no dudó en condenar por herejía a personajes como Miguel Servet. Equipó a una verdadera "policía del pensamiento" creando un servicio de inteligencia que todo lo escrutaba en busca de opiniones disidentes. Obligó a todos a ir a los cultos bajo pena de severos castigos y multas. Calvino no sólo avaló la muerte de Servet por el sólo hecho de haber escrito un libro que negaba la trinidad, sino que consolidó su poder por la fuerza del estado que presidía.

Era lógico que aquellos reformadores resultaran tan totalitarios como los católicos de quienes se separaron. Alguno dirá que sus escritos no encierran dichas enseñanzas, pero... ¿Por qué leerlos? ¿Existen pruebas de que los escritos reformados podrían haber sido más que una bendición, una desgracia para la humanidad? Sí existen pruebas, aunque hay quienes se niegan a verlas.

Los resultados de una teología totalitaria

Las guerras de religión ocurridas en Europa suceden desde 1524 hasta 1697, ¡173 años de guerras! Y todas relacionadas con las ideologías reformada y católica. Una lucha de poderes políticos - religiosos que devastó el continente en el nombre de Dios.

Sin duda, la guerra de los 30 años (1618-1648) fue la más devastadora de las guerras de religión. Europa sufrió décadas de atraso tecnológico y demográficos, ya que los estados participantes de estos conflictos vieron reducidas su población de hombres y jóvenes en millones de habitantes. Durante el curso de ésta, la población del Sacro Imperio se vio reducida en un 30%. En Brandeburgo se llegó al 50 %, y en otras regiones, incluso a dos tercios. La población masculina en Alemania disminuyó a la mitad. En los Países Checos la población cayó en un tercio a causa de la guerra, el hambre, las enfermedades y la expulsión masiva de checos protestantes. Solo los ejércitos suecos destruyeron durante la guerra 2000 castillos, 18.000 villas y 1.500 pueblos en Alemania. Se calcula que durante éste conflicto murieron cerca de 8 millones de personas.

Cada muerte fue justificada por reformadores y católicos. Juan Calvino admite en su obra titulada "Institución De La Religión Cristiana", en su último capítulo, que no hay justificativo bíblico para la guerra, aunque la avala en los siguientes términos:

  • "Si alguno me objetare que no hay en el Nuevo Testamento testimonio ni ejemplo alguno por el que se pueda probar que es lícito a los cristianos hacer la guerra, respondo que la razón misma por la que lo era antiguamente vale también ahora; y, por el contrario, que no hay razón alguna que impida a los príncipes defender a sus vasallos y súbditos. En segundo lugar afirmo que no es necesario buscar declaración de esto en la doctrina de los apóstoles, ya que su intención ha sido enseñar el reino espiritual de Cristo, y no ordenar los estados temporales" (Libro IV, Cap. XX, pág. 1178)

Los escritos de los reformadores encierran esa forma de totalitarismo férreo que hoy impera en muchas iglesias evangélicas que exhiben libros escritos por estos verdaderos genocidas confesos. No es casualidad que sus líderes se levanten como verdaderos "Jefes" de un rebaño que no les pertenece, dejando el gobierno congregacional de lado, y creando una verdadera casta de elegidos, únicos conocedores de la verdad revelada.

La Historia La Escriben Los Que Ganan...

Si la historia la escriben los que ganan, hay que suponer entonces, que existe otra historia.

A Lutero se lo conoce por el desarrollo que hace de la doctrina de la Gracia -"Sólo por fe"-, a Calvino por su defensa y desarrollo de la doctrina de la elección y a Swinglio, por sus escritos justificando el bautismo de infantes y las guerras. Todos ellos tienen un común denominador: Eran intolerantes y en cuanto pudieron, ejercieron el totalitarismo. La libertad de conciencia era sólo para los que pensaran como ellos.

Sin embargo, pocos son los que reparan que las doctrinas que ellos desarrollaron para usarlas políticamente con el propósito de acabar con la hegemonía papal, ya habían sido predicadas por aquellos que luego persiguieron: Los grupos disidentes que nunca tuvieron nada que ver ni con ellos ni con el papa. Los persiguieron, quemaron sus obras y se apropiaron de las doctrinas más adecuadas a sus fines.

¿Es necesario que sus libros descansen en nuestras bibliotecas cuando contamos con cientos de teólogos que podrían exponer mejor que ellos las mismas enseñanzas bíblicas? No, no es necesario. Sin embargo, lo permitimos, quizás, porque a la distancia no podemos escuchar los gritos de las torturas, ni ver los cadáveres de niños asesinados, ni los millones de personas muertas debido a sus ideologías. Pero si pudiéramos entender que entre ellos y Hitler no hubo tanta diferencia, quizás podríamos dejar sus libros de lado, tomar la Biblia y descubrir que el pensamiento diferente, no debería ser motivo de separación ni de retiro de apoyos económicos a nuestros misioneros.

Tal vez podríamos comenzar a crecer al amparo de una sana discusión bíblica, en vez de distanciarnos por el totalitarismo de ideologías Calvinistas, Luteranas o como las quieras catalogar.

Reminiscencias de un totalitarismo cruel, que no debería ser recordado como algo bueno.


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