El Día Que Enfrenté A "La Santa Muerte"

14.03.2021

"Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales"  - Judas 10

- Pastor, a una antigua amiga mía le acaban de asesinar a su hija. El marido la torturó para luego cortarla en pedazos, luego se suicido. La policía dice que el informe forense indica que en el estómago del difunto asesino había carne humana ajena a la víctima ... ellos eran seguidores de San La Muerte -añadió la hermana enfatizando la frase con un susurro solemne-  La señora desea hablar con usted.

Fue así que conocí a quien voy a llamar la "señora A", para proteger su identidad y la de los menores involucrados en esta trágica historia.

Una mujer menuda, con la tristeza enmarcando un rostro moldeado por el sufrimiento de una vida dura, atravesó la puerta de entrada del edificio, acompañada por nuestra hermana en Cristo y miembro de la iglesia que intentamos establecer en Colima. Junto a mi esposa la saludamos lo más afectivamente posible y las invitamos a pasar a la oficina.

La señora A había profesado alguna vez su fe en Cristo, pero con el tiempo decidió apartarse y sus decisiones la llevaron a convertirse en seguidora de "La Santa Muerte", un culto muy popular en México. La "señora A", traspasó sus creencias paganas a sus hijos, y así fue cómo su hija llegó a casarse (o juntarse, no estoy seguro) con un hombre con el cual hasta llegaron a erigir un altar a dicho dios falso. Nadie hubiera imaginado ni predicho que a la temprana edad de unos 30 años, sus vidas terminarían tan trágicamente.

Con lágrimas en sus ojos y un gesto de solemnidad en nuestros rostros, escuchamos atentamente como aquella sufrida mujer que ahora debía hacerse cargo de sus nietos, lloraba y nos compartía parte de aquella trágica historia.

Tiempos peligrosos

Ya desde los días de Pablo, él mismo advertía por medio de sus cartas a Timoteo, que vendrían tiempos peligrosos. Esos tiempos han llegado y están signados por la ignorancia espiritual de una sociedad que irónicamente, nunca tuvo las Sagradas Escrituras tan al alcance de la mano y nunca estuvo tan alejada de Dios.

El versículo que elegí para encabezar este artículo es Judas 10, y la expresión que decidí resaltar es "no conocen". Es que la ignorancia no es justificación para hacer lo incorrecto, más cuando tenemos la Biblia tan al alcance de nosotros,  e insistimos impulsados por nuestra ignorancia, en vivir la vida como bien nos parece.

Creer en aquello que "sentimos" que nos hace bien, sin medir o advertir las consecuencias de nuestra ignorancia, es una ingenua manera  de dirigirnos alegremente, a nuestra propia destrucción.

Las Escrituras formulan la siguiente pregunta:

¿No tienen conocimiento todos los que hacen iniquidad, Que devoran a mi pueblo como si comiesen pan, Y a Dios no invocan? - Salmos 53:4

Y la respuesta a la misma también se encuentra en la Biblia:

Reuníos, y venid; juntaos todos los sobrevivientes de entre las naciones. No tienen conocimiento aquellos que erigen el madero de su ídolo, y los que ruegan a un dios que no salva. - Isa. 45:20

Evidentemente la falta de conocimiento es lo que lleva a la gente a erigir sus propios altares, fabricar con sus manos unas figuras y luego inclinarse ante ellas. Para ellos, profesar este tipo de creencias no tiene nada de malo.

Lamentablemente en México, saber construir lo que ellos llaman "un altar de muertos" es parte de su cultura y, por lo tanto, se enseña a hacer dichos altares desde los mismos centros educativos, los cuales, antes de que llegue el famoso día de todos los muertos, envían misivas a los padres para que envíen al colegio los materiales que utilizarán para confeccionarlos. Un mexicano dirá que el altar de muertos y el día de los muertos no tiene relación con el culto a La Santa Muerte. En México, desde el año 2005, al culto que promovía a la Santa Muerte se le canceló el registro constitutivo por la Secretaría de Gobernación de México (SEGOB) debido a que su adoración «desvía gravemente los fines establecidos en los estatutos de la ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público de México». Sin embargo los simbolismos que rodean a ambos cultos son tan similares que no es de extrañar que tantos mexicanos caigan tan cándidamente en la adoración a La Santa Muerte Roja o Negra.

La Biblia también describe el verdadero carácter de las personas que se dedican a adorar imágenes representativas de sus dioses.

Los ídolos de ellos son plata y oro, Obra de manos de hombres. Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven; Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen; Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en ellos - Sal. 115:4-8

La Biblia advierte que la ignorancia, de ninguna manera, será contemplada como excusa para alejarse de nuestro creador y adorar dioses falsos.

Rompiendo las cadenas de la esclavitud

  Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed - Isa. 5:13

Estas personas son cautivas de sus propias creencias. Las creencias equivocadas te impulsan a decisiones equivocadas y las mismas generan en las personas infelicidad, depresión y temor. Porque claramente dice Isaías 5:13, que Israel fue llevado cautivo porque no tuvo conocimiento.

Cristo aseguró que las personas que se alejan de Dios, son esclavas de sus propios pecados (Juan 8:34) y la adoración de imágenes, en lugar de la adoración a Dios, lleva a la corrupción del alma y del cuerpo de las personas (Rom. 1:22-32).

"Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales - Jud. 10

Sólo Cristo puede romper las cadenas de dicha esclavitud y traer felicidad verdadera a la vida del esclavo (Juan 8:36; 10:10; 13;17).

Por la gracia de Dios la "Señora A" hizo profesión de fe y aceptó el señorío de Cristo en su vida. Unos días después, me pidió que la acompañara a la casa donde habían ocurrido los hechos, pues la policía sacaría la faja de clausura para que pudiera entrar. "La señora A" sabía que en la casa había un altar a La Santa Muerte y tenía miedo de quitarlo, por lo que me solicitó ayuda para hacerlo.

Al entrar a la casa, la cual se encontraba como la policía la halló el día del crimen, pude apreciar en primera persona, el resultado que provoca el pecado de aquellos que adoran a la muerte. El desorden era tremendo. El ambiente se sentía tenso, y más con el mal olor que todo lo invadía: basura acumulada, ropa sucia y tirada por toda la casa. Una cama matrimonial manchada de sangre atestiguaba el lugar donde murió la víctima. Buscamos los documentos de los menores hasta que vimos el altar. Le saqué una foto que es la que ilustra esta nota, porque nunca había visto uno. Había dos figuras de San La Muerte, una de ellas estaba vestida de negro. -"Es el peor", me ilustró una de las amigas de la "Señora A", que había ido a apoyarla. Las figuras estaban rodeadas de varios objetos y una foto. Una bala de revolver, un rosario, unas flores marchitas y otras de plástico, un autito de juguete, etc. Entonces llamé a la "Señora A" y le pedí que se acercara. Es que quería que viera cómo desarmaba aquel macabro altar y lo tiraba a la basura. Mi esposa sostuvo la bolsa y juntos, tiramos todo. Le aseguré que ahora que aceptó a Cristo, la Biblia enseña que más fuerte es el que está en nosotros que el que está en el mundo (1 Juan 4:4). Ahora que Cristo la había salvado, ya no tenía nada que temer.

Lo cierto es que aquel altar lo desarmó Cristo el día que la "señora A" lo recibió como su Señor y Salvador, porque así como armarlo fue una decisión personal, desarmarlo, en cambio, fue una decisión de Cristo:

  Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo" - 2 Cor. 4:6

Conclusión

Nunca antes había visto con tanta claridad el resultado del paganismo, en un país "cristiano". Olvidé mencionar que junto a San La Muerte, dos estampas del Cristo católico formaban parte de aquel tétrico altar, y entonces comprendí qué clase de maldad deberemos enfrentar si hemos de establecer una iglesia en este lugar.

Dios nos trajo a una de las zonas de México dónde más resistencia espiritual al evangelio existe. La adoración de imágenes y la hechicería son monedas corrientes por estos sitios, y la delincuencia y el narcotráfico avanzan junto a una poderosa fuerza espiritual llamada "San La Muerte", sembrando temor, alimentando la ignorancia e impulsando a las personas a la muerte eterna. El culto a la muerte, forma parte de la cultura mexicana y es alimentado de forma ingenuamente indirecta, por las autoridades, como una manera de fomentar la cultura del país. Es por eso que la muerte y el culto a los muertos, es simbolizada con calaveras pintadas de vivos colores, con el objetivo de que la muerte sea vista como parte de la vida y no como algo malo. Como dije antes: La ignorancia es peligrosa.

Las Escrituras llaman a los falsos maestros "espíritus engañadores" (1 Tim. 4:1), lo que nos da a entender con claridad, que detrás de cada ídolo existe una fuerza espiritual maligna, dispuesta a destruir el alma de los incautos (1 Cor. 10:20; 1 Ped. 5:8). No debemos subestimarla sino enfrentarla con las armas espirituales que el Señor nos ha dado (Efe. 6: 12,13) y tomar en serio las palabras de Cristo cuando dijo:

"El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" - Juan 10:10.

Hoy más que nunca debemos unirnos en oración para rogar al Señor de la mies, que envíe más obreros a su mies, entre tanto que el día dura, nos es necesario hacer las obras de quien nos envió; porque la noche viene, cuando nadie puede trabajar (Juan 9:4).

Cristo vino para que tengamos vida en abundancia, la tragedia consiste en ver cuántas personas con biblias en sus casas,  ignoran esta verdad.

Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron - 2 Cor. 5:14


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