"No ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada"

En mis visitas a las iglesias por causa del ministerio, he tenido el privilegio de aprender muchísimas cosas que me han ayudado a corregir graves errores en el mío. Algún día, aquellos pastores que me compartieron sus experiencias positivas, tal vez se asombren al llegar al cielo y ver cuánta parte han tenido en mi ministerio y cuántas almas que llegaron a conocer a Cristo por medio de nuestro testimonio en Junín, han sido puestas en su cuenta, por el sólo hecho de que me dijeran: "Mire, hermano, lo que Dios nos ha guiado a hacer que está funcionando muy bien"

Este tipo de experiencias también me han servido para entender que Dios sigue obrando y usándonos para que otras personas conozcan a Cristo, aún a pesar de nuestros errores, aún a pesar incluso de cómo administramos el dinero en nuestras iglesias. Sin embargo, en el post de hoy, quiero compartirte algo que aprendí como fruto de mis investigaciones y debo admitir que salvo en mi propia iglesia en Junín, no he visto otra iglesia que administre el dinero como lo hacemos nosotros. Sí hay puntos de coincidencias, pero exactamente igual no. Por lo tanto, más que mostrarte cómo administramos el dinero en nuestra iglesia, quiero compartirte las bases bíblicas que usamos para recoger la "ofrenda misionera" aparte de las ofrendas voluntarias o el diezmo.

En primer lugar, quiero que sepas que la Biblia enseña con claridad lo siguiente:

Es Una Ofrenda Distinta

Particularmente creo que Filipenses 4:10-19 habla de una ofrenda muy diferente a las ofrendas descriptas en 1 Corintios 9 y en 2 Corintios 8 y 9. Los tres pasajes hablan de tres ofrendas diferentes.

Filipenses 4 nos habla de una ofrenda enviada para ayudar al ministerio del Apóstol Pablo, y esta ofrenda tiene las siguientes características:

Es De Carácter Obligatorio

El versículo 18 nos da la clave de esto, ya que se la describe como un sacrificio espiritual, y en 1 Pedro 2:5 se nos indica, en modo imperativo, que debemos ofrecer sacrificios aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Estos sacrificios no están librados a nuestro criterio, sino que se describen claramente en la Biblia. Los sacrificios aceptables a Dios que encontré son siete:

Somos un pueblo de sacerdotes (1 Ped. 2:9) y se nos ordena como tales elevar a nuestro Dios, por lo menos, siete sacrificios espirituales por medio de Jesucristo, entre esos siete sacrificios se encuentra la ofrenda misionera, por lo que se concluye que esta ofrenda es de carácter obligatorio.

Es para cubrir las necesidades particulares de los misioneros

Algunas iglesias tienen la costumbre de sólo enviar una parte de la ofrenda misionera y la restante, la utilizan para crear un fondo que será usado para diferentes fines, según el criterio de cada congregación o pastor. Sin embargo, no debemos dejar de pensar que dicha ofrenda es un sacrificio espiritual con un destinatario específico. No es para otra cosa más que para lo que se dice en Filipenses 4:16. Parecería muy loable pensar en tener un fondo en la cuenta de Misiones para auxiliar a misioneros en emergencia, sin embargo, confeccionar dicho fondo con el dinero de los misioneros sin su autorización no lo encuentro bíblicamente correcto. Pienso que sería mucho más meritorio si dicho fondo lo hacen con ofrendas voluntarias; porque la verdad del asunto es que la ofrenda misionera, debe ser enviada a los misioneros.

Otras consideraciones

Que sea de carácter obligatorio, no significa que vas a ir al infierno si no la das, pero sí que es pecado no practicarla, porque hacerlo es un mandamiento y no una opción.

Decir que la ofrenda misionera tiene que ver con el ejercicio espiritual de elevar un sacrificio a Dios por medio de Jesucristo, es algo muy serio, porque las ofrendas de Dios, son muy santas, y si se tratan fuera de los límites impuestos por Dios, serán consideradas o inválidas o pisoteadas ( 1 Sam. 2:29; Heb. 10:28,29). Los pastores somos también obispos, es decir, administradores de dichas ofrendas y si queremos la bendición de Dios, debemos administrarlas usando parámetros bíblicos y no nuestros puntos de vista.

Al sopesar los versículos dados, nos damos cuenta que esta ofrenda no debe ser deducida de los diezmos de la iglesia, porque nada tienen que ver los diezmos con nuestro rol sacerdotal. Es una ofrenda distinta, aparte de las otras dos y por lo tanto, puede y debe ser practicada inmediatamente, comenzado cualquier ministerio.

Muchas veces me he encontrado con pastores que me han expresado que todavía no apoyan a ningún misionero porque recién comienzan la obra y no son muchos los hermanos que asisten, pero déjame decirte que si no enseñas a los nuevos hermanos a ejercer su oficio sacerdotal desde un principio, estarás haciéndole un mal a ellos y a toda la congregación. Es más, tú mismo como familia, al comenzar un nuevo ministerio, deberías hacerlo apoyando a otro, aunque tu ofrenda misionera sea lo único que puedes enviar, porque la misma no tiene que ver con cuanta gente asiste, sino con un sacrificio espiritual ineludible e individual.

Conclusión

No debe extrañarnos que la ofrenda que el Señor destina para el mantenimiento de los misioneros sea de carácter obligatorio y esté llena de promesas de bendición para la iglesia; porque es una conducta consecuente con todo el Santo Texto, que Dios no desampara a sus ministros y que el pueblo posee la tendencia a olvidarse de las necesidades de "los que anuncian el evangelio" sobre todo si los mismos se encuentran lejos.

Hay personas que me preguntan cuánto hay que dar para misiones, y la verdad es que aunque la Biblia no indica una cantidad específica, me gusta usar una frase de David para establecer una medida correcta:

Dios te bendiga y guíe mientras profundizas en el tema.

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