La Familia Que María No Planificó
Mat. 1:18,19 "El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente"
José quiso dejar a María secretamente, y el autor del evangelio, le asigna a José por esta intención, un acto de justicia ¿Cómo es posible?
Nos encontramos a tal distancia histórica y cultural de aquel incidente, que muchos de nosotros podríamos inferir que lejos de representar un acto de justicia, deberíamos condenarlo por tratar de abandonar a su prometida ¡cuando se entera que está embarazada!
Pero para entender la actitud de José, es necesario que nos sumerjamos en su contexto histórico. Hace más de 2000 años en aquella cultura oriental, las cosas se veían muy diferentes a lo que nosotros las vemos, sus valores eran distintos, inclusive, su valoración de la vida y de la muerte.
Un Dilema Irreductible
María no era la "prometida" de José, y por más que muchos traten de encontrar en el desposorio mencionado en el versículo 18, un paralelismo con el noviazgo, la verdad es que entre uno y otro no hay comparación posible.
El desposorio, era un contrato celebrado de palabra entre dos familias donde se "arreglaba" el casamiento de los jóvenes. Era tan seguro y firme, que la única manera de disolverlo era firmando una carta de divorcio. Lo lógico para la época es que si existía un desposorio, habría también una unión conyugal en aproximadamente un año a partir del mismo.
Deut. 20:7 "¿Y quién se ha desposado con mujer, y no la ha tomado? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y algún otro la tome"
Sin embargo, la ley judía contemplaba la posibilidad de que la mujer desposada cometiera adulterio antes de la unión conyugal y durante el período de desposorio, en tal caso la ley decía lo siguiente:
Deut. 22:23,24 "Si hubiere una muchacha virgen desposada con alguno, y alguno la hallare en la ciudad, y se acostare con ella; entonces los sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad, y los apedrearéis, y morirán; la joven porque no dio voces en la ciudad, y el hombre porque humilló a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti"
María no había sido descubierta adulterando, sino que la descubrieron ("se halló") ¡embarazada! ¿Cuál sería su excusa? ¿que había concebido del Espíritu Santo?
José sabía que la pena por semejante "delito" sería la muerte. No estamos seguros si José se entera antes que María le cuente lo del ángel o no, quizás alguien se lo dijo y él salió a enfrentarla, no lo sabemos. Lo que sí entendemos es que él no estaba dispuesto, a pesar del aparente engaño, a dejar que María fuera lapidada (Juan 8:4,5).
¿Pero por qué José no quería tomarla, como finalmente lo hizo? Hacerlo a pesar del aparente engaño, sería como insultar el honor de su propia familia, quienes habían celebrado el contrato del desposorio. De forma tal que ni María ni José, habían intervenido en semejante arreglo, sino sus propios padres.
Todo el relato bíblico nos hace entrever que la "infamia" tomó estado público (Juan 8:41). ¿Se imaginan la indignación de la familia de José? ¿La vergüenza de la familia de María? A pesar de las posibles presiones sociales hacia José, para que la acuse, la reacción de éste, en primera instancia, no fue acusarla, sino darle carta de divorcio.
"Quiso dejarla secretamente" significaba que él le extendería una carta de divorcio por cualquier motivo, en presencia de dos testigos, y ella no tendría que pasar por los jueces. De esa manera, el honor de su familia y la vida de María serían salvados.
Deut. 24:1 "Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa"
Esta es la razón por la cual el autor del evangelio asigna al aparente abandono, un acto de justicia de parte de José. José se acostó aquella noche perturbado, seguramente meditando en estas opciones, y al quedar dormido, un ángel del Señor le presentó la opción menos pensada:
Mat. 1:20-24 "Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer"
José, contra todo pronóstico y convencionalismo de la época, decide tomar a María ignorando las murmuraciones en su contra, porque obedecer al Señor le pareció más importante. Él creyó todo lo que el ángel le había dicho y decidió consumar el desposorio, no cuando el mundo pensaba más conveniente, sino hasta después que "el santo ser" (Luc. 1:35) que María llevaba en su vientre naciera.
Mat. 1:25 "Pero no la conoció (no consumó el matrimonio) hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS."
Una Familia No Planificada
De forma tal que tanto José como María, se vieron obligados a formar una familia imaginada sólo en sus pesadillas. No por ellos, sino por las circunstancias que los rodearon. No fue la decisión de José la de casarse con una mujer embarazada de "otro" que no fuera él, ni fue decisión de María quedar embarazada a una edad tan temprana, a la vista de todos, para luego cargar el resto de su vida, el estigma de la adúltera. Sin embargo, a pesar de todo y con la ayuda de Dios salieron adelante.
"Salir adelante" es la frase que antiguamente significaba que los problemas serían enfrentados haciendo lo correcto. La idea que encierra la frase, es que a pesar de los errores cometidos o de las adversidades que significaría enfrentar las consecuencias de las acciones o decisiones, se pagaría el precio de hacer lo que "Dios manda". Se haría con honestidad y las personas podrían valorar el fruto del esfuerzo producido, reivindicando a aquellos que miraron el rostro de la adversidad, y lo atravesaron.
José y María fueron buscados por Dios y usados para proteger al niño que traería redención al mundo. No entendieron todo el plan, pero callaron y obedecieron a pesar de la presión social. Salieron adelante con la ayuda de Dios contra todo pronóstico. Y a pesar de la juventud que los rodeaba, la apegada obediencia a la dirección de los ángeles que demostraron, los colocó en un lugar prominente de la historia de la humanidad. ¿Por qué? Porque en vez de esquivar el problema lo enfrentaron.
Es hora de aprender a enfrentar los problemas
A la vista de lo estudiado, se nos hace lamentable escuchar que el argumento inmediato para afrontar un embarazo no deseado, sea esquivar la responsabilidad que el tener relaciones sexuales conlleva. Mas aún cuando al hablar del embarazo de una menor, lo primero que se argumenta es la posibilidad de un aborto, y no la detención del posible pedófilo.
Un aborto, como toda operación, tiene peligro de vida, por lo que continuar con el embarazo es lo más naturalmente seguro para la madre y moralmente correcto, para la continuidad de la vida humana. Sin embargo, en vez de ayudar a las madres a enfrentar los problemas, vivimos en una sociedad que aplaude el esquivarlos a toda costa, aún de sus propios hijos.
La Biblia enseña a los padres a velar por la educación y vida de las próximas generaciones, enseñándoles los preceptos Divinos para que tengan vida.
Deut. 4:9 "Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos"
Amós 5:14: "Buscad lo bueno, y no lo malo, para que viváis; porque así Jehová Dios de los ejércitos estará con vosotros, como decís"
Pero, lamentablemente, vivimos tiempos peligrosos donde la Biblia está siendo ridiculizada y dejada de lado. El resultado de eso es que muchos contemplan como moralmente aceptable matar a un "ser indefenso", así como los ángeles describen a Cristo en sus primeras etapas de formación (Luc. 1:35), muy lejos de la ridícula definición de "fenómeno" dicha por el ministro de salud argentino. ¿Qué nos está pasando? Simplemente que al alejarnos de Dios, y de los principios morales extraídos de la Biblia, nos estamos degradando al punto de pensar que la mejor manera de evitar un problema, no es enfrentándolo sino esquivándolo. No es protegiendo al más débil sino cortando el cordón por el lado más fino. No es salvando las dos vidas, sino matando a una de ellas. No es tratando de sacar adelante a un nuevo grupo familiar, sino destruyéndolo. No es persiguiendo a los pedófilos, sino haciendo abortar a la menor y olvidando el asunto.
No cabe la menor duda de que el ejemplo de José y María, sigue siendo el camino más difícil, pero el único que nos conducirá a la redención de nuestras almas.
Mateo 1:21
"Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados"
A pesar de que la familia no fue planificada, dar a luz un hijo, para María y José, no fue tan malo como parecía al principio, lo que me indica que nadie está en condiciones de predecir si un niño será malo o bueno para su madre o para la humanidad.