La infiltración Del Catolicismo En las Iglesias Bautistas

10.01.2020

Las doctrinas reformadas se elaboraron como argumentos políticos

Una de las cosas que me permite mi profesión, es poder apreciar el desarrollo de la obra misionera a través del trabajo de muchas iglesias, a las cuales sirvo predicando y enseñando sobre misiones. Puedo ver cómo trabajan, aprender de ellas o alertar, como en este post, sobre diversas tendencias que pueden afectar la obra misionera o las mismas doctrinas bíblicas; y una de esas tendencias, es la infiltración del espíritu del catolicismo dentro de nuestras filas.

¿Que cómo se ha infiltrado? Pues lo ha hecho por medio del movimiento protestante comenzando por Lutero, Zuinglio y Calvino. ¿Cómo lo sé?, porque sus libros forman parte de la biblioteca de demasiados pastores bautistas y la influencia del catolicismo comienza a hacer estragos en la obra misionera desarrollada por Bautistas. Paso a explicar cómo:

En la Iglesia católica, un dogma es una verdad absoluta, y absolutamente segura sobre la cual no puede flotar ninguna duda. Una vez proclamado solemnemente, ningún dogma puede ser derogado o negado, ni por el Papa ni por decisión conciliar. Por eso, los dogmas constituyen la base inalterable de toda la doctrina católica. La contradicción de un dogma conllevaba -en los tiempos de Lutero- desde la expulsión de la iglesia hasta la pena de muerte. El poder político estatal fue el brazo ejecutor de la iglesia y por medio del terror se hizo de innumerables riquezas en todo Europa. Los reyes europeos odiaban secretamente al Papa pero no podían deshacerse de Él porque una sola palabra del papa, podría costarles el reino, pues si los declaraba herejes, sus opositores políticos contarían con la excusa para deponerlos y lincharlos. Tanto poder, corrompió tanto al catolicismo, que para cuando Lutero clavó sus 95 tesis y huyó a Alemania, se decía que por cada sacerdote, existían diez cortesanas viviendo en el vaticano.

¿Pero por qué Lutero escapó a Alemania? Porque el príncipe alemán decidió protegerlo, pues sus 95 tesis fueron el argumento político que le permitió al príncipe alemán independizarse del papa. Algo que hay que entender es que Lutero nunca quiso comenzar un movimiento fuera del catolicismo, sino que pretendía reformarlo para salvarlo. Esta intención también se encontraba en el resto de los reformadores. Pero la iglesia los persiguió y se vieron forzados a huir y unirse a los poderes políticos que anhelaban independencia del vaticano. Lutero en Alemania, Zuinglio en los países bajos y Calvino en Suiza.

¿Por qué fueron perseguidos? Porque el catolicismo repudia la doctrina que los Bautistas siempre hemos defendido, y es el derecho inalienable que Dios le dio al hombre de decidir creer lo que quiera. Es lo que defendemos como la libertad de conciencia. El catolicismo mató a muchísimos anabaptistas por este motivo, pero a los luteranos, calvinistas y zuinglinianos tampoco les tembló la mano a la hora de perseguir y enviar a la muerte a miles de hombres, mujeres y niños, gran parte de ellos Anabaptistas, por el mismo motivo.

Lutero escribió libros a favor de la libertad de conciencia, pero cuando no pudo contradecir las doctrinas anabaptistas, barrió de Alemania a todos ellos. Zuinglio en los países bajos no toleró que sus amigos reformados no aceptaran el bautismo de infantes, los acusó de anabaptistas y los persiguió, torturó y mató a todos los que pudo. Calvino, en 1541, se instaló en Ginebra y logró un poder político tal que le permitió perseguir, torturar y matar a cualquiera que no se conformara a las estrictas normas morales que dictaba. ¿Por qué? Porque llevaba el espíritu dogmático e intransigente del catolicismo. Calvino ejerció un poder de policía sobre el pensamiento de las personas obligándolas a ir a los cultos y declarando hereje a cualquiera que pensara distinto.

Cada uno de ellos fueron tiranos formados en las escuelas católicas y mundanas de la época. Por ejemplo, Calvino, aparte de sus estudios teológicos, cursó estudios de humanidades y derecho. Todos ellos fueron personas muy inteligentes, y siguiendo las pautas en las que fueron criados, desarrollaron una teología sistematizada y dogmatizaron sus sistemas teológicos al punto tal, que ninguno de ellos pudo tolerar cualquier contradicción.

Quiero aclarar que jamás he leído uno de sus libros ni pienso hacerlo, porque he visto el efecto que causa en muchos colegas bautistas quienes maravillados, se han vuelto intolerantes con otros que no comparten determinadas posturas doctrinales. Lamentablemente, estamos llegando al punto de utilizar etiquetas, nombrando "calvinistas" o "arminianos" como una manera de descalificar a cualquiera que piense diferente. La tolerancia se ha hecho a un lado. Las declaraciones de fe bautistas se están transformando en dogmas y la intolerancia está paralizando la capacidad de trabajar en equipo en pro de la salvación de las almas.

El espíritu del catolicismo que se ha infiltrado por medio de los protestantes, ha hecho creer a los teólogos bautistas que ellos mismos poseen la verdad revelada. Nadie más. Poco a poco estamos cayendo en la hipocresía protestante de acusar a la iglesia católica de lo que ellos mismos practicaron. Nosotros, por nuestra parte, mientras acusamos a la humanidad de pecadores depravados por el efecto del pecado, nos erigimos en maestros incontestables e infalibles de un sistema teológico que hemos desarrollado y tratado como un dogma inapelable.

En el medio de todo esto estamos los misioneros, que hemos salido a predicar el sencillo evangelio que la Biblia proclama: "Que para esto Cristo murió, y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven" (Rom. 14:9). Pero no es suficiente; ahora hay iglesias retirándoles el apoyo a misioneros estadounidenses por el solo hecho de no querer usar una traducción de la versión King James en sus países de servicio; otros pastores latinos también están siendo presionados por sus creencias particulares de la misma manera y la obra en el campo se ha estancado o retrocedido.

Si somos Bautistas, debemos predicar que en Cristo hay Salvación y perdón de pecados, debemos predicar sobre la predestinación y soberanía Divina; y debemos enseñar sobre la responsabilidad que tiene el hombre al rechazar la salvación que Dios ofrece. No debemos hacerlo porque se conforma a nuestro sistema teológico, sino porque la Biblia lo enseña. No estamos aquí para racionalizar las verdades que la Biblia proclama ni para hablar de las mismas. Estamos aquí para predicarlas. No podemos cuestionarlas ni ajustarlas a nuestros torpes razonamientos propios de una mente finita y pecadora. La sistematización es útil para el estudio de las doctrinas bíblicas, pero es falible. La Biblia no. Y la Biblia no sistematiza ninguna de sus enseñanzas. Las verdades bíblicas son expuestas sin explicación mediante y aunque el escrutinio de las Escrituras es vital para que nuestra teología no se corrompa, debemos entender que nuestro libro de cabecera no pueden ser los escritos de personas que Mataron en el Nombre de sus sistemas teológicos porque no creían en la libertad de conciencia. Ellos creían que todos debían creer lo que ellos proclamaban como dogmas inapelables. Ese es el espíritu que nos está invadiendo. Definitivamente nada tiene que ver con el Espíritu de Cristo (2 Cor. 10:1)

Si somos bautistas, debemos tolerarnos en nuestras diferencias, dejar de lado este espíritu de intolerancia y juntar nuestras fuerzas en pro de los millones de almas que están yendo al infierno. Con la ayuda de Dios podemos cambiar el rumbo de condenación eterna que llevan pues la Biblia lo indica al declarar: "¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? ..." (Rom. 10:14,15). Lo que indica claramente la responsabilidad que pesa sobre nuestros hombros. Es hora de que desechemos este tiránico espíritu católico y aunemos esfuerzos en lo que es importante, porque la hora de rendir cuentas se acerca implacablemente. Y como reza el dicho popular: "El tiempo es un tirano"



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