La Ley Y El Cristiano

10.07.2021

Un estudio que muestra las razones bíblicas por las cuales es un error deducir que la ley antiguo testamentaria caducó


Artículo 1

El Dador De La Ley

Introducción: Cuando hablamos del dador de la ley, obviamente hablamos de Dios, pero lo que vamos a establecer en este artículo son dos cosas importantes relacionadas con esta verdad:

La razón por la cual esto es así y el carácter del legislador.

La razón por la cual las leyes emanan de Dios

Génesis 1:1

"En el principio creó Dios los cielos y la tierra."

La razón por la cual las leyes emanan de Dios, se expresa en Génesis 1:1. Es la misma razón por la cual Dios se auto proclama "Señor", es decir: dueño. Como Dios es el Creador, entonces es el dueño por un lado, y es el soberano o el legislador, por el otro.

Al llegar a este punto deseo que meditemos un poco en estos dos conceptos cuyas definiciones suelen confundirse en virtud de que ambos conceptos apuntan al mismo oficio: el del rey.

El Rey (en este caso lo escribo con mayúscula pues me refiero a Dios), ejerce señorío sobre el territorio que domina. La palabra "señor" fue traducida por Cacidoro de Reyna en la década de 1560, cuando los resabios del feudalismo europeo aún estaban presentes en la connotación de la palabra "Señor". El señor feudal era el dueño de un feudo (una porción de territorio) y se proclamaba señor no sólo de la tierra sino de todos los seres vivos que la habitaban (incluídas las personas). Es así que el feudo era sostenido con un impuesto que rondaba el 10% y que se le cobraba a quienes trabajaban sus tierras y vivían en ellas. Inclusive el señor feudal ejercía el derecho de leva entre los campesinos, en tiempos de guerra. Entonces, el Señor feudal como tal, ostentaba el monopolio de la fuerza en su territorio para ejercer su señorío. Sin embargo, no era el soberano, es decir, el legislador. Ese oficio le correspondía al rey.

El soberano no es el que tiene el monopolio de la fuerza sino el de la ley. Claro que el rey es rey y soberano, pero ambos conceptos, aunque forman parte del reinado, tienen connotaciones diferentes.

La soberanía es la autoridad en la que reside el poder político, pero el soberano es quien ostenta dicho poder. En el caso de Dios, el territorio sobre el cual ejerce dicha soberanía, es el universo creado por él, y como tal, no sólo tiene la autoridad debido a su condición de creador, sino que ostenta el monopolio de la fuerza al declararse Todopoderoso y Señor de señores o Rey de reyes (Deut. 10: 17,18; 1 Tim. 6:15; Apoc. 17:4). La palabra soberano hace referencia también al poder absoluto y final. Entonces, como Señor, Dios ejerce el monopolio de la fuerza para llevar adelante sus propósitos eternos, y como Soberano, gobierna Su basto universo creado, mediante un conjunto de leyes. Es importante entender que el soberano, por ejercer también el Señorío, no sólo tiene el poder de cambiar la ley, sino que no está sujeto a las leyes que dictamina. Si lo estuviera, dejaría de ejercer el poder absoluto. En ese contexto es que debemos entender las siguientes palabras de Cristo:

Mat 17:24-27

"Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas, y le dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas? El dijo: Sí. Y al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños? Pedro le respondió: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos. Sin embargo, para no ofenderles, vé al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo, y dáselo por mí y por ti."

Mateo 12:8

"porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo."

Entonces, la auto humillación de Cristo ¿En qué consistió? En descender a las partes más bajas de la tierra (Efe. 4:9; Sal. 139:15), y sujetarse a la autoridad de la ley -aunque no tenía por qué hacerlo- para ser ratificado por la ley, como el sacrificio perfecto (Fil. 2:5-11; Gál. 4: 4,5).

Mateo 5:17

"No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir."

En otras palabras, el Creador, Señor y Todopoderoso Soberano Dios, se encuentra por sobre la ley. Su creación en cambio, se encuentran sujetos a la ley de Dios:

Romanos 3:19

"Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios;"

Debido a que Dios es el Creador, todo proviene de Él. Sin embargo hay que aclarar que todo lo que proviene de Dios siempre es bueno. Las cosas que la Biblia señala como malas, no provienen de Dios, sino del corazón del hombre o de los pensamientos de Satanás (Mat. 15:18-20; Eze. 28:15; 2 Cor. 2:11). En contra partida, todo lo que Dios hace o todo lo que proviene de Dios, siempre es bueno (Gén. 1:31; Stg. 1:17).

Romanos 7:12

"De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno."

¿Pero por qué la ley es Santa Justa y buena? Porque la ley dada por Dios es un reflejo de su carácter.

El carácter del legislador

Cuando hablamos del carácter del legislador, estamos hablando de Su naturaleza propia y distintiva de las demás. El carácter de Dios se describe a través de sus perfecciones (ver artículo "Doctrinas primigenias, la eternidad de Dios") y siempre se describen como perfectamente buenas.

Notemos que el sistema político de gobierno ideal es el sistema monárquico, ya que es bajo este sistema que Dios establecerá su gobierno eterno (Luc. 1: 31-33). No será una democracia, sino un totalitarismo monárquico (Sal. 2:9; Apoc. 2.27; 19:15). ¿Por qué este sistema será el ideal? Porque este sistema es el único que refleja el carácter Santo y Todopoderoso de Dios. Como Dios es Señor, se impondrá por la fuerza, como es soberano, hará cumplir las leyes, como es justo, aplicará justicia, etc. El sistema monárquico es perfecto, sólo si el monarca lo es.

La ley es Santa, Justa y Buena, porque así es Dios. ¿Por qué entonces el gobierno ejercido por Cristo durante el milenio, será impuesto por la fuerza (que es lo que significa "vara de hierro")? Porque parte de sus súbditos seguirán teniendo una naturaleza degradada por el pecado, contraria a la justicia y benevolencia Divina. Efectivamente, los hijos de desobediencia (Efe. 2:2) deberán ser gobernados con "vara de hierro" hasta que se cumplan los mil años, y entonces, se revelarán contra Cristo y se embarcarán en una cruzada destituyente en el nombre de los actuales ideales democráticos de libertad (Apoc. 20: 7-10). ¿Irónico no?

Las leyes de Dios han sido dadas para que podamos entender la diferencia entre libertad y libertinaje

Sal 119:45

"Y andaré en libertad, Porque busqué tus mandamientos."

Dios nos creó como seres dependientes de Él (Jn. 15:5), por lo que anhelar nuestra independencia de Dios es pecado, y el pecado -según Su ley- trae muerte (Rom. 6:23). La sensación de libertad ofrecida por Satanás a Eva, en realidad es falsa, ya que la desobediencia de Adán no sólo trajo aparejada la muerte (Rom. 5:12), sino que nos esclavizó al pecado (Rom. 8:38). Entonces, existe una falsa libertad despojada de dueños, límites y leyes que nos esclaviza al pecado, la cual podemos llamar "libertinaje". En contraposición, Cristo ofrece la verdadera libertad:

Juan 8:36

"Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres."

Y tal como dije antes, la diferencia entre esta falsa libertad (libertinaje) y la verdadera libertad, sólo puede ser entendida a la luz de la verdad:

Juan 8:32

"y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres."

Juan 17:17

"Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad."

Juan 1:14

"Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad."

Para conocer la verdad, hay que conocer Su palabra, la cual es básicamente "la Ley". Lo interesante es que Juan 1:14 nombra a Cristo como "el verbo" o "la palabra", lo que implica que la verdadera libertad sólo es alcanzada cuando conocemos la verdad, es decir: Su Palabra. Que es lo mismo que decir a Cristo:

Juan 14:6

"Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí."

Conclusión

La Biblia explica que existe un orden de autoridad vertical que siempre emana de Dios. Dios no sólo es la autoridad, sino que como soberano también la delega (Mat. 28:18). Lo mismo ocurre con las leyes que gobiernan el universo. Todas emanan de Dios y están destinadas a cumplir con sus eternos propósitos. Las leyes de Dios reflejan su carácter por lo tanto, el cumplimiento de las mismas traen vida, porque Dios ama la proliferación de la vida (Gén. 9:7). El incumplimiento de las mismas acarrean muerte (Rom. 6:23). Este reduccionismo lo hago a los fines de que entendamos que si sus leyes reflejan el carácter de Dios, nunca debemos interpretar dichas leyes de forma tal que lo contradigan. Dios es eterno, por lo tanto, su palabra también lo es. (1 Pe. 1: 24,25). Dios no cambia, por lo tanto sus leyes tampoco, etc. A medida que avancemos en el estudio de sus leyes, la complejidad de las mismas podrían llevarnos a olvidar, por ejemplo, que el pecado es algo malo y por lo tanto no puede provenir de Dios.

Ahora que hemos dejado establecido que toda autoridad, poder y ley proviene de Dios, en el siguiente artículo dejaremos establecido los cuatro tipo de leyes que fueron dadas por Dios para gobernar el universo, estudio que nos ayudará a vislumbrar las razones por las cueles aquellos que creen que la ley antiguo testamentaria caducó, están equivocados.

Espero que el presente estudio haya sido de bendición para tu vida.


También Puedes Leer...