La Ley Y El Cristiano II

22.07.2021

Un estudio que muestra las razones bíblicas por las cuales es un error deducir que la ley antiguo testamentaria caducó.


Artículo 2

Las Leyes Dadas


Introducción

En el artículo anterior hablamos del dador de la ley, y establecimos que Dios es Rey, y que en dicha figura reside su señorío y soberanía. Es decir que Dios, por ser Rey, es Señor y Soberano. También dejamos establecida la diferencia entre señorío y soberanía, y de esa forma, concluimos que todo el universo creado por Dios está bajo la ley (Rom. 3:19; Gál. 4:4,5; 1 Jn. 5:3). Si aún no lo leíste, te animo a que lo hagas para que no te pierdas el desarrollo del argumento teológico que desplegaré a lo largo de este estudio. Haz clic aquí para acceder a él.

Ya sabemos quien es el dador de la ley y ya vimos su carácter de legislador y juez. Ahora trataremos de examinar la ley dada por Dios.

En la teología paulina puedo notar que el Apóstol nos habla de cuatro divisiones de la ley. Dos son de carácter universal o general y dos de carácter particular. Dichas divisiones puedo verlas en los capítulos 7 y 8 de Romanos las cuales son las siguientes:

La Ley Mosaica

En Romanos 7, Pablo menciona la ley dada al pueblo judío -la cual en nuestro estudio llamaremos la ley Mosaica- como ejemplo para mostrar la figura de que según la ley mosaica, la muerte disuelve el compromiso conyugal. Muerto Cristo, entonces, y muertos nosotros - al ser juntamente crucificados con él (Gál. 2:20) el vínculo con la ley se disuelve para que podamos "casarnos" con otro, que es lo que quiere decir "seamos de otro" (Rom. 7: 1-4) Por lo tanto, vemos que aquí, Pablo menciona la ley Mosaica.

Pero el versículo 6 es clave para que entendamos que así como el viudo o la viuda quedan libres de la ley del casamiento para poder casarse con otro, al hacerlo, quedan automáticamente ligados nuevamente por la ley, al nuevo cónyuge. El cristiano que se encontraba bajo la maldición de la ley, queda libre de dicha maldición gracias a la muerte de Cristo (Gál. 3:13), pero Pablo nos aclara que al aceptar el Señorío de Cristo, el creyente queda libre de la ley mosaica, pero sigue bajo otro régimen. Veamos lo que dice:

Romanos 7:6: "Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra."

La palabra "régimen" significa "conjunto de normas o reglas que rigen ciertas cosas" o "forma de gobierno por el que se rige un país". Lo interesante es que dicha palabra, aparentemente no aparece en griego, pero más interesante es saber por qué la palabra régimen es agregada. Lo es porque los traductores determinaron que lo que Pablo quiere decir, no es que el creyente queda sin ley, al ser salvado, sino que en realidad comienza a vivir bajo una "nueva ley" o nuevo régimen. Veamos como lo traduce la Nueva Versión Internacional:

Romanos 7:6: "Pero ahora, al morir a lo que nos tenía subyugados, hemos quedado libres de la ley, a fin de servir a Dios con el nuevo poder que nos da el Espíritu, y no por medio del antiguo mandamiento escrito."

Es un error creer que "servir a Dios con el nuevo poder que nos da el espíritu" significa vivir bajo ningún régimen. Creo que esa es la razón por la que se incorpora "régimen", pues los traductores ven el sentido de dicha traducción en el contexto de toda la carta a los romanos. Como veremos más adelante. Es decir que el versículo 6 es clave para entender que el Cristiano sigue sujeto a la ley. Lo que hay que determinar es a qué ley sigue sujeto.

A partir del versículo 7 y hasta el versículo 24, Pablo relata el efecto que produce la ley -la cual es espiritual- sobre el ser humano que es carnal, vendido al pecado (v. 14). El hombre carnal tiene la capacidad dada por Dios de discernir la bondad de la ley, pero debido a su carnalidad no puede practicarla lo que lo conduce a la frustración de entender que la ley no le permite ir al cielo, debido a...

La Ley Del Pecado y De La Muerte

Pablo expresa lo siguiente:

Romanos 7:21-23: "Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros."

Esta ley que ve Pablo, es que el mal está en nosotros. La razón de esto es que esta ley es la que gobierna nuestros miembros y nos llevan cautivos a "la ley del pecado que está en nuestros miembros". La ley que gobierna nuestros miembros es una ley natural y la ley del pecado es la que dice que la paga del pecado es muerte (Rom. 6:23). Ambas leyes actúan como una y es por eso que Pablo la menciona como la ley del pecado y de la muerte (Rom. 8:2) ¿Por qué? Porque la muerte es el "aguijón del pecado" y "el poder del pecado la ley" (1 Cor. 15:56).

Esta ley no es la ley Mosaica y debemos encuadrarla dentro de las leyes naturales. Es decir, las leyes que gobiernan la naturaleza. Así como la ley de la gravedad no puede ser alterada, la ley del pecado y de la muerte tampoco. El hombre nace con una naturaleza pecaminosa, es decir: inclinada al mal (Gén. 8:21).

La Ley Del Espíritu De Vida En Cristo Jesús

Esta ley es mencionada en Romanos 8:2. Se nos dice que la misma nos ha librado de la ley del pecado y de la muerte, porque lo que era imposible para la ley mosaica -ya que la misma lejos de librarnos de la ley del pecado nos frustraba pues no podíamos cumplirla ya que la ley natural nos lo impedía- ahora, esta "nueva ley" es la que llega para liberarnos del yugo de la anterior. Veamos cómo lo expresa Pablo:

Romanos 8:3: "Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;"

Pero ahora, debemos prestar mucha atención a la siguiente y extraordinaria declaración paulina:

Romanos 8:4: "para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu."

"Para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros" hace referencia a la ley Mosaica. Es decir, que la razón por la cual la maldición de la ley -que es la condenación o muerte eterna- ya no pesa sobre nosotros, no se debe a que la misma fue anulada, caducó o perdió vigencia, sino al simple hecho de que alguien satisfizo la "justicia de la ley mosaica" que dice que "La paga del pecado es muerte", y la justicia de la ley dice que alguien debe pagar el precio del pecado. Claramente, Pablo explica aquí, lo que en otras palabras señala la doctrina apostólica: que la razón por la cual el creyente no irá al infierno, es porque la justicia de la ley se vio satisfecha en la muerte de Cristo (Col. 2:13,14; 1 Pe. 3:18; Gál. 4:4,5). La muerte de Cristo satisfizo la justicia de la ley Mosaica y nos es imputada a nosotros, los que hemos creído:

Gálatas 2:16: "sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado."

Es decir que nuestra justificación se debe a que hemos depositado nuestra fe en Jesucristo. Pero Cristo, es declarado justo en los términos de la ley. Si la ley caducara, su justicia no podría sernos imputada.

Y ahora nos falta una última ley y es la siguiente:

Las Leyes Del Universo

Son las leyes de la física que gobiernan nuestro universo y el de los ángeles o el mundo espiritual. Son descriptas en la Biblia como leyes impuestas por Dios.

Sal 148:2-6: "Alabadle, vosotros todos sus ángeles; Alabadle, vosotros todos sus ejércitos. Alabadle, sol y luna; Alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas. Alabadle, cielos de los cielos, Y las aguas que están sobre los cielos. Alaben el nombre de Jehová; Porque él mandó, y fueron creados. Los hizo ser eternamente y para siempre; Les puso ley que no será quebrantada."

Estas leyes rigen el movimientos de las galaxias y pone límites al "mundo de los hombres" y "al mundo de los espíritus". Se las encuentra claramente entrelazadas en el relato bíblico y las clasificamos con las llamadas "leyes naturales".

Las leyes del los hombres, es decir las que gobiernan a las distintas naciones, son leyes derivadas de estas cuatro y por lo tanto, aunque imperfectas debido a la naturaleza humana, las mismas, de manera indirecta, deriban del dador de las leyes que es Dios (Rom. 13: 1,2). Por ser atribuíbles a Dios de manera indirecta, no las encuadro en estas clasificación de cuatro leyes.

Conclusión:

Entonces tenemos cuatro clasificaciones generales de las leyes de Dios que las podemos simplificar en dos conjuntos:

Las leyes generales o Universales

  • La Ley Del Pecado Y De La Muerte
  • Las leyes de la naturaleza

Las leyes particulares

  • La Ley Mosaica - Dada al pueblo de Israel
  • La Ley Del Espíritu De Vida En Cristo Jesús - dada a los creyentes en Cristo

La diferenciación entre una ley y la otra nos ayudará a entender de qué manera se las aplica y reglamenta para cada grupo en particular. En el próximo artículo ahondaremos en dichas diferencias y veremos en qué grupo demográfico -según la clasificación Paulina- se aplica cada una de estas leyes.


También Puedes Leer...