La Ley Y El Cristiano III

07.08.2021

Un estudio que muestra las razones bíblicas por las cuales es un error deducir que la ley antiguo testamentaria caducó


Artículo 3

La Diferencia Entre La Ley y La Ley

Introducción: Es muy importante leer los dos primeros artículos antes de adentrarnos en el presente, para poder seguir el hilo de la argumentación que sustento (Puedes encontrarlos en la sección Estudios Bíblicos haciendo clic en el botón de abajo).

Ya establecimos en el primer artículo que el Dios que creó los cielos y la tierra es el dador de la ley, en el segundo clasificamos las leyes dadas por el dador de la ley en dos grupos: las leyes universales o naturales y las leyes particulares. En el presente estudio, trataremos de entender la diferencias entre unas y otras, y nos concentraremos en las leyes particulares.

Lo primero que quisiera aclarar, es que el presente estudio no representa la única manera de clasificar las leyes. Existen otros estudios que seguramente podrían clasificarlas mejor que su servidor. Esta clasificación es totalmente subjetiva y está basada en mis estudios y conclusiones. También está sujeta a cambios a medida que yo mismo voy aprendiendo sobre el tema, pero la comparto a modo de ejemplo, con el sólo fin de que el lector entienda el concepto principal, que es que el estudio de las Leyes Divinas es tan complejo, que no podemos decir "alegremente" que las Leyes Mosaicas caducaron, sin más explicación que el análisis dispensacionalista del asunto o la simple declaración de que esto es así.

Adentrémonos entonces al tema, comenzando por dejar establecido que cuando hablamos de leyes, lo que hacemos en realidad es hablar de los diferentes aspectos de una misma ley. Es decir:

Sólo Existe Una Ley

Este es el primer concepto que debemos entender, y es que si las leyes reflejan el carácter y naturaleza divina, así como Dios es uno, una también es la ley (Sant. 4:12).

La Ley es eterna porque Dios es eterno (Mat. 24:5) y basta con leer el Salmo 119, para entender que el salmista interpreta que la ley es una sola. Los judíos entendían que aunque existía una ley dada a ellos y otra ley que gobernaba el universo, tal como lo advertimos en el artículo anterior, para ellos, todo emanaba de un Dios y todas estas leyes formaban parte de esa Palabra de Dios.

Pero para que entendamos mejor este concepto, diremos que las cuatro clasificaciones de la ley dadas en el anterior artículo, en realidad, son reglamentaciones de una misma ley. Esta es mi tesis, pero... ¿Puede sostenerse con versículos bíblicos? Veamos entonces qué dice La Biblia:

En primer lugar, entendemos que la Palabra de Dios es ley (Isa. 1:10; 2:3) Notemos que de Jerusalén no saldrán varias leyes, sino "la ley" la cual será de aplicación universal:

Miqueas 4:2

"Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová"

Gracias a este concepto, entendemos que todas las cosas fueron hechas por el poder de Su Palabra (2 Pe. 3:5), razón por la cual en los primeros capítulos de Génesis, todo se expresa en modo imperativo. Es que la creación, en realidad, es el cumplimiento de la ley. Dios dijo: "Hágase la luz" y la luz existió. Es decir que la ley vino primero. Todo lo que existe entonces, no sólo es gobernado por la ley de Dios, sino que la ley pone límites y asegura el funcionamiento de todo lo que llegó a ser, por disposición del Legislador (Job. 26:10; Sal. 119:45; 148:1-6). Notemos que los preceptos y mandamientos de Dios siempre existieron, y siempre existirán (Gén. 26:5; Sal. 119:160) y la razón de esto es que Cristo, no sólo es el legislador (Gén. 49:10; Isa. 33:22), sino que también es la Palabra o la Ley, la misma que creó todo el universo:

Juan 1:1-3

"En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho"

Diferencia entre las leyes universales y las particulares

Leyes Universales: Son las que establecen límites y funcionalidades en el plano natural o las que se aplican de manera general a cada ser humano. En el plano natural, podemos citar las que hemos dado en llamar "las leyes de la termodinámica" o "la ley de la gravedad"; en el espiritual, la ley del pecado y de la muerte (Rom. 8:2) o el diezmo (Sal. 96:7).

Las Leyes Particulares: Son las que se aplican a un grupo de personas en particular según la clasificación general brindada por el Apóstol Pablo:

1 Corintios 10:32

"No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios;"

Las entendemos como particulares porque están dirigidas a uno de estos tres grupos en particular: judíos, gentiles o la iglesia de Dios.

Las leyes universales están dirigidas a los tres grupos, pero las particulares son más específicas. Tomemos como ejemplo el diezmo. Ya dejamos establecido en varios artículos que el diezmo en La Biblia no significa 10%, sino que es un sinónimo de impuesto o tributo (Leer "Refutando Argumentos Contra El Diezmo III")

Salmo 96:7-9

"Tributad a Jehová, oh familias de los pueblos, Dad a Jehová la gloria y el poder. Dad a Jehová la honra debida a su nombre; Traed ofrendas, y venid a sus atrios. Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad; Temed delante de él, toda la tierra"

Sin embargo, la manera de diezmar posee reglamentaciones distintas en los tres grupos:

Gentiles: "... dio Abraham los diezmos de todo" (Gén. 14:20)

Judíos: "Porque a los levitas he dado por heredad los diezmos de los hijos de Israel..." (Num 18)

Iglesia: 1 Co 9:13,14 "¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio."

De las leyes particulares -o reglamentaciones- nos enfocaremos, en nuestro estudio, en la reglamentación dada a la iglesia -La ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús- en contraste con la dada al pueblo de Israel -La Ley Mosaica-.

Lo primero que advertimos es que lejos de haber una especie de quiebre entre una reglamentación y otra, en realidad, lo que hay es una continuidad muy clara. Por ejemplo, entendemos que la ley Mosaica fue dada con la premisa que quien la cumplía, podía vivir (Rom. 10:5; Eze. 20:11), nadie pudo, por lo que todos quedaron bajo la maldición de la ley (Gál 3:10). La ley dice que el que peca debe morir (Eze. 18:4). Porque, para la ley Mosaica, la paga del pecado es muerte (Gén. 2:17). Cristo es el cordero pascual, según la ley (1 Cor. 5:7). Es el único que pudo cumplirla a la perfección (Mat. 5:17) demostrando con ello, estar libre de pecado (Juan 8:46), lo que, según la ley, lo convirtió en el sacrificio perfecto (Lev. 9:3), para expiar nuestros pecados. En otras palabras:

Gálatas 3:13

"Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),"

¿Pero en qué consistía la maldición de la ley? En que la paga del pecado es muerte. Ésa era el acta que había contra nosotros y que fue clavada en la cruz (Col. 2:13,14). La ley en sí misma no trae maldición, porque el mandamiento es santo, justo y bueno (Rom. 7:12) de forma tal que la ley nunca ha sido abrogada, sino en aquellas cosas que la misma Biblia señala. Porque en realidad Cristo es el fin de la ley (Rom. 10:4), pero ese fin no es de finalizar, sino de finalidad. Cristo es la finalidad de la ley:

Gálatas 3:24

"De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe"

Como dijimos antes, Cristo es la ley, fue examinado y aprobado para el sacrificio, según los términos de la ley de Moisés y nosotros adquirimos la justificación por medio de esos méritos obtenidos por Cristo, en los términos de la ley Mosaica. Si la ley cae, entonces, cae el sacrificio de Cristo. Cristo no sólo es la continuidad de la ley, sino que nuestra fe en Cristo no hace más que ratificar la vigencia de la ley mosaica:

Romanos 3:31

"¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley"

Conclusión

En el próximo artículo examinaremos los pasajes controversiales con respecto a este punto. Sobre todo lo haremos con respecto a los diezmos, ya que la simple declaración de que "ya no estamos bajo la ley sino bajo la gracia" (Rom. 6:14,15), ha llevado a muchos a predicar que los diezmos han caducado.

Por lo pronto, podemos concluir que si la ley es una, así como Dios es uno, entonces, la ley no puede ser abrogada. Entendemos también que si la ley es una como uno es Dios, entonces lo que la Biblia llama leyes, en realidad, son reglamentaciones de una misma ley, de aplicación particular, pero no universal. La ley de Dios es universal y sus reglamentaciones tienen carácter particular y, a veces, transitorio.


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