Es
al día de hoy que una y otra vez se nos habla, instruye y anima a
llevar a nuestros niños a la escuela como si ésta fuera el agente
más efectivo de socialización de nuestros hijos.
Si
buscan en internet, se encontrarán con varias monografías que
hablan sobre el tema desde diferentes puntos de vista, pero no
encuentro ninguna que nos hable desde este enfoque que trataré de
explayar en el presente artículo: La escuela no socializa sino que
sectariza.
ENTENDIENDO
LAS PALABRAS
Socializar
Cuando
se
habla de
la escuela como agente socializador,
se
hace
en el sentido de "crear las condiciones sociales necesarias para
favorecer el desarrollo de las personas de un colectivo". La Real
Academia Española, en una de sus acepciones, define la palabra como
"hacer vida de relación social".
Investigando
en internet me topé con esta interesante declaración:
-
"La
socialización escolar, como hecho sociológico y como categoría
analítica tiene sus inicios durante las primeras décadas del siglo
XX, cuando Emilio Durkheim, precursor de la sociología de la
educación, definió a la educación como espacio de socialización
del niño. Según Durkheim (1990) la educación consiste en
la socialización metódica de la joven generación: el
formar el ser social
en cada uno de los individuos es el fin de la educación.
-
Por
ello, todo proceso educativo (familiar y/o escolar) se encuentra
atravesado por un sistema de valores, creencias y códigos de
relacionamientos vivenciales que son transmitidos e inculcados con
el firme propósito de aportar en la construcción del sujeto
individual como del sujeto colectivo (sociedad), es decir, todo
sistema educativo, contribuye a la constitución y formación de
valores individuales y colectivos." (Especialización
Escolar, consideraciones teórico conceptuales, Por Daniel Llanos
Eraso - para leer la monografía completa haz clic aquí)
Las
negritas y
el
aumento
de la tipografía son míos,
porque pretendo que repares en la cantidad de veces que aparece la
palabra socialización, sociedad o colectivos. Observemos
que la formación del "ser social" es, aparentemente, el fin que
persigue la escolarización educativa. Si
esto es así, rápidamente podemos advertir que el fin que persiguen
los educadores del mundo, se contrapone con el fin que persigue la
educación bíblica. La educación bíblica como tal, sitúa al
hombre en el mundo con el fin de que vivan vidas que glorifiquen a
Dios. Vivir para Cristo es "vivir la vida en abundancia" (Juan
10:10) y para hacerlo, la
persona
debe
aprender a empatizar con el prójimo (Mat.
25:40)
Sectarismo
La
Rae nos define esta palabra en los siguientes términos: "fanatismo
o intransigencia en la defensa de una idea o una ideología"; si
bien el sectarismo es comúnmente asumido dentro del campo de la
religión, este fenómeno puede
verse más claramente en el campo de la escolarización si asociamos
el mismo con el fenómeno de la llamada "presión social".
Presión
social
-
"La
presión social es la influencia ejercida por un grupo social para
lograr que una persona cambie sus actitudes, sus pensamientos o,
incluso, sus valores. La
también conocida como
presión de pares es un problema
que puede llegar a ser considerado como un trastorno de la
personalidad.
- A
través de la presión social, un grupo social trata de influir sobre
una persona, o varias, para lograr que esta actúe o se comporte de
una manera determinada." - (Para más información haz clic aquí )
Tribalismo
- "El
tribalismo es un concepto del campo de la antropología que hace
referencia a un fenómeno cultural por el cual los individuos
crean grupos u organizaciones de naturaleza social con los que
identificarse y reafirmarse como parte de un algo más
grande." (Si quieres ahondar más en este concepto, te invito a que
hagas clic aquí)
Si
tenemos en cuenta todos estos conceptos y observamos el
comportamiento de los niños y adolescentes escolarizados, nos
daremos cuenta de que en realidad la escuela dejó de ser efectiva
en su intención socializadora. ¿Por qué? Porque nunca fue pensada
con dicho fin, sino que este aparente y "único fin socializador", es
un concepto moderno que se incorporó para camuflar el verdadero fin
del sistema, que es el de producir obreros. Pero veamos algunas de
las características pocos sociales que adquieren una gran mayoría
de alumnos escolarizados:
1.
Les cuesta mantener una conversación con personas ajenas a su grupo
social o con personas mayores de edad.
2.
Adquieren un lenguaje propio de su grupo de edad escolar.
3.
Se distraen en preocupaciones ajenas a los estudios y propias de la
presión grupal.
4.
Etiquetan a las personas catalogándolas por el valor de sus notas
escolares.
5.
Valoran
a las personas por sus títulos académicos.
6.
En algunos casos, aprenden a "chantajear" a sus padres con buenas
notas y cuestionar la autoridad.
7.
Sus carreras son elegidas más por conveniencia económica que por el
placer de hacerlo.
8.
Un alto porcentaje de ellos no entienden lo que leen ni adquieren la
disciplina necesaria para terminar una carrera universitaria.
Por
supuesto, que todas estas son generalizaciones, pero las mismas son
suficientes para que podamos entender que muchas de las
características adquiridas durante la supuesta "socialización" no son las ideales.
LA
ESCUELA NO SOCIALIZA
A
mi humilde entender, si tenemos en cuenta cada una de las
definiciones presentadas, podemos apreciar que los niños
escolarizados, adquieren un lenguaje propio de sus pares limitando la
posibilidad de mejorar su comunicación. La presión social es
llamada también "presión de pares" debido precisamente a que
solo ocurre en grupos de la misma edad, condición que propicia la
escuela desde la infancia hasta la adolescencia, que promueve el
tribalismo y conlleva a pensamientos que empujados por el grupo
tienden a radicalizarse.
El
sistema centralizado de formación de contenidos favorece el llamado
pensamiento único y convierte a las escuelas públicas argentinas en
centros de manipulación de masas. Cuando entonces, se nos dice que
nuestros niños deben ser escolarizados para que puedan ser
socializados, ¿Qué nos quieren decir exactamente con eso? Pregunto
porque nuestros niños viven en sociedad, no están aislados del
mundo. Cuando nuestros niños alternan con sus abuelos, padres,
hermanos, cuando van al club o a aprender un instrumento ¿Acaso no
están socializando?
El
contenido general de todas las escuelas del país, lo establece los
burócratas de la Nación, luego, las escuelas del país pueden
adaptarlos a las necesidades locales, sin embargo, la nación
determina contenidos no excluyentes que tanto las escuelas privadas
como estatales, están obligadas a impartir.
Uno
de los grandes cambios que advertimos en nuestros hijos cuando los
retiramos del sistema público de enseñanza y comenzaron a estudiar
en casa, es que pronto volvieron
a respetar nuevamente nuestra autoridad. Podían
sostener conversaciones agradables con cualquier persona,
independientemente de su edad. Sabían comunicarse, y al día de hoy,
quienes los conocen pueden percibir que ellos tienen una manera de
expresarse y opinar muy particular.
Definitivamente,
las escuelas argentinas, lejos de socializar a los niños, los
sectarizan.
Convierte a los jóvenes en una secta radicalizada al punto de pensar
que la opinión de los padres es
antigua, y adquieren pensamientos humanistas, alejados de la realidad
de Dios. Y la prueba más grande de que la escuela está siendo usada
en Argentina
como centros de ideologización extremistas, es la cantidad de
jóvenes que salen de las escuelas sin entender lo que leen, pero con
un claro pensamiento mayoritario, a favor de la ideología de género
y del
lenguaje inclusivo. Dos pilares de un movimiento totalitario
que pretende cambiar nuestra cultura, sin tener en cuenta nuestra
ciencia, nuestra lengua y nuestra hispanidad o
creencias.
CAMBIANDO
EL PARADIGMA EDUCATIVO ARGENTINO
Si
queremos revertir el desastre totalitario que se avecina, es
necesario volver a los ideales bíblicos donde, en concordancia con
las actuales leyes de educación argentinas y su Constitución Nacional, son
los padres los verdaderos forjadores de la educación de sus hijos.
Permitir que los padres elijan qué tipo de educación e información
van a recibir sus hijos, es una prerrogativa constitucional de ellos
y un derecho adquirido en democracia, que como cristianos y ciudadanos, deberíamos
salir a defender.
Si
cada padre entiende
que la educación no pasa simplemente por una acumulación de
saberes, sino por el legado cultural y espiritual
que debe transmitir a sus hijos, tal
como la Biblia aconseja; es imposible que la pluralidad de ideas no
aflore en el país.
El
extraño fenómeno de discutir que la emisión monetaria no produce
inflación, o que una persona puede cambiar de sexo con sólo
desearlo, o vivir en un país donde los cristianos utilizan la
ciencia para luchar contra el aborto, mientras los políticos la
niegan para votar a favor del mismo; nos habla a las claras de que la
educación pública ha fracasado en nuestro país.
LAS
DOS COSAS QUE DEBEN CAMBIAR PARA CAMBIAR EL PARADIGMA EDUCATIVO
Si
cada padre decide pagar el costo que implica educar a su hijo en el
hogar, inculcándole su propia cultura e ideología, al llegar a la
universidad, tendremos una importante
gama
de diversidad de opiniones que nos permitirán avanzar hacia la toma
de soluciones más
creativas.
Pero para que ello ocurra, los cristianos también debemos cambiar
hacia una apertura bíblica en
nuestras opiniones sobre la política y la ciencia, para entender que
ambas disciplinas lejos de ser contrarias a los designios Divinos,
son plenamente compatibles con las enseñanzas bíblicas.
Una
verdadera democratización de la educación, implica permitir que
cada centro educativo, provincia y municipio tengan la oportunidad de
planificar sus propios contenidos, estrategias y métodos pedagógicos
para que cada padre decida dónde enviar a estudiar a sus hijos. Hoy,
lamentablemente, la educación argentina se encuentra secuestrada por
burócratas que insisten en centralizar los contenidos con la
fantasía de que ellos conocen qué es lo mejor para nuestros niños,
¡mejor
que nosotros que somos sus padres!
¿Qué
es lo que debe cambiar? Primero, los padres deben volver a
tomar su
responsabilidad de educar a sus hijos, refugiándose en el derecho
constitucional que por el momento poseen. Y el estado, debería dejar
de pensar
que son dueños de nuestros hijos y que tienen la "fórmula
secreta" que hará de ellos ciudadanos responsables para el bien de
la nación, dejando que las escuelas privadas, nacionales,
provinciales y municipales, puedan elaborar
sus propias estrategias educativas y
contenidos, junto
a los padres, tomando en cuenta las necesidades de la región donde
se encuentran.
CONCLUSIÓN
Creo
firmemente que la escuela pública es necesaria para el desarrollo
del país, pero que en las actuales condiciones, lejos de socializar,
hace que nuestros niños adopten posturas cercanas
al
fenómeno de la tribalización que los orilla a actitudes ajenas
a su edad, como la falta de respeto a la autoridad o inclusive,
debido a la presión de sus
pares,
a una prematura sexualización, desviando la
atención que debería estar orientada hacia su formación académica.
El
verdadero lugar de refugio
que necesita un niño es el seno
de su hogar, y
su socialización no la vamos a lograr apartándolo de cuatro a seis
horas diarias de sus padres, parientes y amigos. No permitas que te
engañen: el mejor maestro que puede tener un niño, nunca podrá
suplantar la sabiduría, atención y amor que un padre y una madre
cristiana, debería experimentar e impartir a sus hijos.
Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, Y no dejes la enseñanza de tu madre; Atalos siempre en tu corazón, Enlázalos a tu cuello. Te guiarán cuando andes; cuando duermas te guardarán; Hablarán contigo cuando despiertes. Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, Y camino de vida las reprensiones que te instruyen" - Proverbios 6:20-23