Refutando Argumentos Contra El Diezmo IV - (Tres en uno)
Les presento las últimas tres refutaciones en un mismo artículo
Este es el cuarto artículo que presento sobre el tema, por lo que considero que si el lector examinó los artículos anteriores, no necesitaré profundizar tanto en los conceptos vertidos aquí, debido a la debilidad argumentativa de la nota que estamos refutando.
Argumento Equivocado
Si el diezmo es obligatorio hoy en día, ¿cuánto deberíamos dar?
"Como se señaló anteriormente, el número era ciertamente más del 10% y
cercano al 20%. Aquellos que abogan por el diezmo probablemente
deberían quedarse en el 20%" - Fin de la cita.
Refutación
Tal como lo enseñé en artículos anteriores, con el paso del tiempo la palabra diezmo fue utilizada como un eufemismo de impuesto. Por lo que el diezmo muchas veces era un impuesto que no estaba relacionado con el cálculo matemático que se derivaría de la palabra. El autor habla del 20%, porque insiste en que si hablamos de diezmos obligatorios, tenemos que ajustarnos a la reglamentación judía. Sin embargo, en la refutación pasada (puedes verla haciendo clic aquí) pudimos apreciar que el diezmo es un impuesto de carácter universal con tres diferentes reglamentaciones. Una dirigida a los gentiles, otra dirigida a la iglesia y otra reglamentación dirigida al pueblo de Israel. Creo entonces necesario volver a los orígenes para entender cuánto debemos dar. La primera vez que aparece esta palabra es en Génesis 14:20. Se trata de la palabra hebrea מַעֲשַׂר (maasár) que literalmente significa: "décima parte". Teniendo en cuenta esto, no puedo encontrar un argumento bíblico para creer que deberíamos dar, en la iglesia, algo más que eso.
Argumento Equivocado
Cuando Jesús afirmó el diezmo, sucedió antes del comienzo del nuevo pacto.
"Algunos defienden el diezmo diciendo que Jesús elogió el diezmo, incluso si dijo que era menos importante que otras cosas (Mat. 23:23; Luc. 11:42). Este argumento parece fuerte, pero no es persuasivo. Jesús también mencionó el ofrecimiento de sacrificios en el templo (Mat. 5:23-24), pero los cristianos no piensan -incluso si el templo fuera reconstruido- que deberíamos hacer eso. Las palabras de nuestro Señor son comprensibles cuando pensamos sobre su ubicación en la historia de la redención.
Jesús habló acerca de los sacrificios y el diezmo antes de la cruz y
la resurrección, antes del comienzo del nuevo pacto. Él usó el diezmo y
los sacrificios como ilustraciones cuando se dirigía a sus
contemporáneos. Él guardó la ley debido a que fue "nacido bajo la ley" (Gál. 4:4).
Pero no podemos tomar sus palabras como que aprueban el diezmo hoy en
día más de lo que podemos tomarlas como que aprueban el ofrecer
sacrificios" - Fin de la cita.
Refutación
En este punto a refutar, en realidad hay dos argumentos. El primero versa alrededor del hecho de que Cristo habló tanto a favor del diezmo como de los sacrificios en el templo, sin embargo, nadie piensa que los sacrificios deben ser continuados, por lo tanto, se concluye: Los diezmos tampoco deberían tener continuidad. El segundo es lo que yo llamo un argumento dispensacionalista, en otras palabras, se argumenta que los diezmos pertenecen a otro período dispensacional y no al actual. Desarrollemos entonces las dos refutaciones.
Advierto que el primer argumento es condicional, es decir: el autor utiliza una relación que condiciona la conclusión, con el propósito de que ésta se vuelva inapelable. En este caso, el autor relaciona dos comentarios de Cristo, uno sobre el diezmo y otro sobre los sacrificios en el templo, y condiciona la conclusión diciendo: "Si Cristo habló a favor del diezmo y de los sacrificios, pero hoy no los practicamos, tampoco deberíamos practicar el diezmo".
Nota: Te invito a que leas el siguiente artículo sobre la identificación de los diferentes tipos de argumentos, que te guiará a desarrollar tu apologética personal:
En este caso, la base del argumento es equivocada porque para sostenerlo el autor cita Mateo 5:23-24, donde la palabra es traducida "ofrenda" por una mayoría de versiones consultadas. La razón de esta traducción es que Cristo no usa la palabra griega para sacrificios de animales (θυσία, -dsusía-), sino que usa la palabra δῶρον (dóron), que significa, precisamente, ofrendas. Sin embargo, la debilidad de este argumento queda demostrada pues el Nuevo Testamento está lleno de versículos que explican la inutilidad de cualquier sacrificio por el pecado, ante el supremo sacrificio de Cristo (Estudiar libro de Hebreos, por ejemplo); sin que podamos encontrar en toda la Biblia ningún versículo que haga referencia a la inutilidad o caducidad de los diezmos.
Ahora, refutaremos la segunda parte, de la débil y trillada postura de que todo lo que sucedió antes de la muerte de Cristo, se queda allí y no tiene ninguna relación con la iglesia. Es lo que yo llamo una postura hiperdispensacionalista. Me gustaría aclarar que yo soy dispensacionalista moderado, lo que significa que de ninguna manera creo que este sistema de enseñanza es de inspiración Divina. Es muy importante que aprendamos que los diferentes sistemas teológicos y técnicas de estudio sistemático de la revelación Bíblica no son de inspiración divina. Dios no se revela sistemática sino progresivamente, por lo que el estudio sistemático de la Biblia puede contener errores propios de quienes lo desarrollamos. Creo que es un error de aquellos que llevaron al dispensacionalismo a un extremo, el creer que los períodos históricos comienzan y terminan en un evento o fecha determinada. Siempre que pasamos de un período histórico a otro, la observación científica revela que se hace a través de transiciones que muchas veces duran años. Por ejemplo, soy de la opinión que el libro de los Hechos narra un período de transición entre la dispensación de la ley y la mal llamada dispensación de la Gracia o de la Iglesia. La razón por la cual yo llamaría a la actual dispensación, la del Espíritu Santo, es que el obrar del Espíritu Santo hoy, adquiere un rol vital tanto para la salvación de las almas, como para el crecimiento de los Santos, la condenación de los perdidos o la Glorificación de Cristo (Juan 16:6-14). Sin embargo, la Gracia Salvadora de Dios se ha mantenido constante a través de todas las dispensaciones, porque sabemos que la Salvación pertenece y viene de Dios, y es dada al hombre desde siempre, por Gracia (Gén. 6:8; Efe. 2:8).
Es muy importante entender que hay cosas, incluso dentro de la ley judía, que Dios las insertó ahí, no para los judíos sino para nosotros en la actualidad. Por dar sólo dos ejemplos:
1. Todo lo referente al tabernáculo y al pueblo de Israel, fue una mera sombra de la salvación y del pueblo que vendría después (Hebr. 8:5; 9:23-27; 10: 1; Hech. 15:13,14; 1 Ped. 2:9).
2. Los versículos de la ley, interpretados por Pablo para ser aplicados en el tiempo presente. Creo que el ejemplo más claro es 1 Cor. 9:8-10, donde Pablo afirma categóricamente que Deut. 25:4 no fue escrito para los judíos, sino que fue enteramente dirigido a los que anuncian el Evangelio.
Teniendo en cuenta estos dos simples ejemplos, te puedo asegurar que si te sumerges en el estudio específico de las doctrinas a través de los tiempos, encontrarás que casi todas son progresivamente reveladas en un proceso que se extiende desde los primeros capítulos de Génesis hasta el último de Apocalipsis, sin que haya un "quiebre dispensacional" que las altere en sus significados primarios (Mat. 19:8). No por nada la Biblia enfatiza la importancia de conocer todo desde el principio (Gén. 1:1; Juan 1:2; Hech. 11:15; Col. 1:18; 1 Juan 1:1; 2:7; etc.).
Concluyo entonces, que el diezmo es una doctrina que atraviesa la historia del hombre desde sus albores sin que exista un sólo versículo que diga que su aplicación práctica ha caducado. Todo lo contrario: Lo que advertimos es un desarrollo progresivo de la misma que llega hasta nuestros días y es insertada dentro de la iglesia en 1 Cor. 9:13.
Argumento Equivocado
En ninguna parte del Nuevo Testamento se menciona al diezmo cuando se manda a dar generosamente.
"Cuando los cristianos reciben instrucción sobre dar a los pobres, no
se les manda a dar "el diezmo al pobre". En cambio, se les instruye a
ser generosos en ayudar a los necesitados (Hech. 2:43-47; 4:32-37; 11:27-30; Gál. 2:10; 1 Cor. 16:1-4; 2 Cor. 8:1-9:15). Por ejemplo, 1 Corintios 16:1-4,
un pasaje que a menudo es citado en círculos populares como
respaldándolo, no menciona el diezmo; el pasaje habla sobre una ofrenda
que se hizo a los santos pobres en Jerusalén" - Fin de la cita.
Refutación
Un estudio cuidadoso de las Escrituras tocante al tema de la administración del dinero en la iglesia, me ha llevado a la conclusión de que 1 Cor 9 habla de diezmo, 2 Cor 8,9 de ofrendas voluntarias y Fil. 4:10-23 de ofrendas misioneras. Confundir estas tres ofrendas, citando versículos fuera de contexto, es una constante que se repite en muchas iglesias y en este equivocado argumento también. No profundizaré en cada uno de los versículos que utiliza para apoyar su tesis, por estimar que todos están descontextualizados, ya que no hablan de diezmos sino de ofrendas voluntarias. Finalizo entonces, argumentando que la razón por la cual la Biblia no habla de diezmos cuando habla de dar generosamente, es porque el diezmo es una imposición (impuesto que pertenece a Dios) y los versículos citados hablan de dar generosamente de lo que queda en nuestros bolsillos, luego de darle a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. (ofrenda voluntaria). Para un estudio más detallado te aconsejo que leas "Administración De Las Ofrendas En La Iglesia", que es un estudio que distribuyo dentro del material exclusivo para aquellos que se suscriben a mi blog.
Espero que esta serie de estudios hayan sido de bendición para tu vida. Si los leíste todos, te invito a que dejes tu comentario para animar a otros a leerlo. Si crees que debería profundizar en otro aspecto no visto sobre el diezmo, agradecería que lo indicaras para estudiarlo y compartirlo posteriormente. Dios te bendiga.