Refutando Argumentos Contra El Diezmo II

17.06.2020

Refutación de dos argumentos que contradicen la enseñanza de la obligatoriedad del diezmo

Introducción

En el siguiente artículo continuaré con la refutación a la nota que hallé en Internet, que contenía siete argumentos que indicarían que el diezmo ya no es de carácter obligatorio. Por ser dicha nota honesta y respetuosa, es que me dispuse a extraer de la misma los siete argumentos, los cuales serán la base de este artículo (y los siguientes). En esta ocasión, utilizaré dos argumentos por considerar que uno de ellos ya fue refutado en el artículo anterior. Si deseas leee el artículo que estoy refutando, lo encontrarás haciendo clic aquí.

Argumento Equivocado

2. "Los ejemplos de Abraham y Jacob no son patrones normativos"

"Algunos piensan que el diezmo es obligatorio porque tanto Abraham como Jacob dieron una décima parte, y ​​ambos vivieron antes de que el pacto mosaico estuviera establecido. Sin embargo, difícilmente tales ejemplos demuestran que el diezmo sea para todos los tiempos. El regalo de Abraham a Melquisedec fue un acontecimiento que sucedió una sola vez; no hay evidencia de que él le diera a Dios una décima parte de manera regular.

El que Jacob entregara una décima parte significaba su agradecimiento a Dios por haberle prometido estar con él y protegerlo. Su agradecimiento y generosidad todavía nos hablan hoy, pero una descripción histórica de lo que Jacob dio no apoya la idea de que todos los creyentes deben dar a Dios una décima parte de sus ingresos."

Refutación

Como toda enseñanza de la Biblia, no es posible entenderla si no se profundiza en la misma, contextualizándola no sólo a lo largo de todos sus libros, sino en el marco histórico correspondiente. Seguramente, la manera simple en que me dispongo a refutar estos argumentos, podrían llegar a frustrar al lector, pues en vez de hacerlo directamente, simplemente apelo a la lectura de algunos artículos ya publicados en este blog. La razón de esto es doble: La primera, se debe a que particularmente, no me resulta agradable tener que repetir conceptos ya mencionados, pues hace que el artículo se torne demasiado extenso y aburrido para quienes ya leyeron los anteriores; y en segundo lugar, porque lejos de arrogarme la pretensión de ser el portador de la única verdad sobre el tema, la intención de éstos artículos es que sirvan de disparador a quienes ya tienen una postura tomada, al meditarla desde otro punto de vista. ¿Por qué? Porque creo que la falta de recursos económicos en la obra misionera, debe llevarnos a reexaminar todo lo que la Biblia dice sobre el tema.

Aunque la refutación a este argumento la puedes encontrar en el artículo que escribí anteriormente haciendo clic aquí, sin embargo, quisiera dejar en claro algunas expresiones dichas por el autor, las cuales no deben soslayarse, según mi criterio.

"El regalo de Abraham a Melquisedec" - dice el autor.

El texto no dice que fue un regalo. La palabra hebrea que se utiliza en Gén. 14:20, la cual se traduce "y le dió", no tiene la connotación de regalo sino la de ceder, dar, rendir, sacar, y muchos otros significados más, pero nunca regalo. En el antiguo Testamento, cuando se habla de "regalo" se traduce "don" en Ecl. 5:19, la palabra hebrea "Matát", pero no "Natán" que es la que se utiliza en el caso de Abraham. También se traduce "regalo" en 2 Sam. 19:42, la palabra hebrea "Nasá", pero no "Natán" la cual es correctamente traducida "le dió los diezmos de todo" y no "le regaló los diezmos de todo".

"El que Jacob entregara una décima parte significaba su agradecimiento a Dios"

Es importante entender que el texto no habla de agradecimiento alguno. Esto es una simple interpretación del autor, y no es lo que el texto dice. Cosa que se explica con claridad en mi refutación anterior, la cual te aconsejo que la releas.

Argumento Equivocado

3. "Los diezmos fueron dados a los levitas y a los sacerdotes, pero no hay levitas y sacerdotes en el nuevo pacto."

"Los levitas y los sacerdotes estaban atados al sistema de sacrificios del antiguo pacto. Ahora todos los creyentes son sacerdotes (1 Ped. 2:9; Apo. 1:6; 5:10; 20:6), con Jesús como nuestro Sumo Sacerdote Melquisedeciano (Heb. 7)."

Refutación

Notemos que la declaración parecería contradecir notablemente la explicación.

En su declaración, expresa que en la actualidad no hay levitas y sacerdotes. Sin embargo, en su explicación, dice que ahora, los creyentes, son sacerdotes y Jesús es el Sumo sacerdote (cosa con la cual estoy completamente de acuerdo), pero que notablemente contradice su declaración primaria, donde claramente afirma que ya no hay sacerdotes.

Sin embargo, creo que el autor se contradijo involuntariamente, por lo que voy a asumir que lo que está queriendo decir es que el sacerdocio del "nuevo pacto" no guarda relación con el del "antiguo pacto".

Lo primero que tenemos que entender, es que todas las leyes judías y aun Israel mismo, representaron una sombra o figura, es decir una proyección de lo que iba a venir: Efe. 2:13-18; Heb. 8:3-5; 10:1

"Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos" (Heb. 9:23)

En primer lugar, sí existe un pueblo de sacerdotes en la actualidad (Apo. 1:1-6; 5:10; 20:6).

"Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable"  1 Ped. 2:9

En segundo lugar, dichos sacerdotes tienen un trabajo, que es ofrecer sacrificios a Dios (Heb. 5:1; 8:3).

"Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo"  1 Ped. 2:5


NOTA: Para una mejor comprensión de este concepto, te invito a que leas el siguiente artículo: "El Sacerdocio Del Creyente Y La Ofrenda Misionera". También, si te suscribes a mi blog, entre el material que te enviaré tendrás un pequeño estudio sobre la administración de las ofrendas en la iglesia.



Como bien podemos apreciar entonces, sí existe un pueblo de sacerdotes y sí existe un oficio sacerdotal, destinado a ofrecer continuamente sacrificios a Dios por medio de Jesucristo. Al dejar esto establecido, vemos que el argumento se cae por su propio peso, ya que la lógica empleada es que siendo que los diezmos eran usados para sostener la casta sacerdotal, los mismos no tendrían sentido pues en la actualidad no existirían dichos sacerdotes ¡Pero resulta que sí existen, y somos nosotros!
Ahora, entonces, la pregunta que se impone sería la siguiente:

¿Para qué entonces servirían los diezmos hoy?

La pregunta es válida e interesante, porque si todos somos sacerdotes y la única finalidad que tenía el diezmo era la de sostener a los levitas (Núm. 18:24 - Leer todo el capítulo) ¿Qué sentido tendría diezmar?. Es aquí donde el Apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo nos enseña una reglamentación existente para la administración del diezmo en la iglesia de Dios:

"¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio" 1 Cor. 9:13,14

La pregunta clave que puede clarificar estos versículos es: ¿Así también cómo? ¿Cómo deben vivir los que predican el evangelio?

La respuesta es: Así como los que vivían del altar.

Sabemos que el sumo sacerdocio judío fue suplantado por el de Melquisedec (Heb. 7), por lo que nos quedan los levitas como una "sombra" de los sacerdotes que vendrían.

Los levitas vivían de los diezmos.

Es claro que Dios por medio de Pablo nos está dando una clara reglamentación de qué debemos hacer con los diezmos: Deben ser usados para sostener a los pastores.

Para darnos cuenta de que esto es así, sólo debemos comparar 1 Corintios 9:8-14, con los siguientes pasajes de la Biblia: 2 Tim. 2: 1-7; 1 Tim. 5: 17, 18; 3 Jn. 5-8, etc.

Los Diezmos Son Un Impuesto De Carácter Universal

Esta enseñanza es expuesta también, en el artículo anterior, el cual te invito a leer. Sin embargo, algo que el artículo anterior no clarifica, es el hecho de que la palabra "diezmo" y "tributo" son entendidas como sinónimos, pues con el paso del tiempo, "diezmo" no significaba exactamente el 10%, sino que así se llamaban a los impuestos o tributos que el pueblo debía dar, como ejemplo de esto te invito a que leas este interesante artículo titulado "El diezmo como tributo y costumbre, siglo XVIII".

También podemos señalar que el diezmo era considerado un impuesto igualmente para los israelitas, lo que se aprecia en el discurso de Samuel dado antes de la elección de Saúl como el primero de los monarcas judíos (1 Sam. 8:10-18). Una vez echa dicha conexión, es decir, que el diezmo es en realidad un tributo. Ni una ofrenda ni un regalo; podrás apreciar en los siguientes versículos, el carácter universal del mismo: Sal. 22:27-31; 29:1,2; 96:7-10.

Una de las razones por las cuales nos cuesta enseñar que el diezmo es un tributo o impuesto, es por el echo de que las imposiciones nos resultan negativas. Sin embargo, Malaquías 3:8, claramente nos indica que Diezmo y Ofrendas, son dos cosas distintas. Nuestras emociones naturales, a veces no nos permiten entender que una imposición podría llegar a ser beneficiosa, sobre todo, si dicha imposición implica una reducción de nuestro capital. Debemos sobreponernos a estos "argumentos emocionales" y racionalizar lo que la Biblia una y otra vez nos explica con claridad: Dios es bueno, y cada palabra u orden que emana de su boca, siempre es buena, sin importar lo que sintamos.

Dios te ayude a discernir, mientras investigas más sobre este importante asunto.


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