Tarjetas De Oración

05.11.2019

Importancia espiritual de las mismas

Una de las falencias más grandes que tenemos algunos misioneros, es menospreciar la importancia espiritual que tienen las tarjetas de oración.

Cuando comencé mi ministerio diseñé una para visitar a las iglesias por primera vez, antes de salir para Junín de Buenos Aires, y no lo volví a hacer hasta que un día, al llegar a una iglesia, un hermano se me acercó y me mostró nuestra tarjeta de oración que guardaba celosamente en su Biblia. - "siempre estoy orando por ustedes hermano"- añadió. En la foto nos encontrábamos posando Alejandra, Ruth en mis brazos y yo. ¡Pero yo ya tenía tres hijos! No uno.

De esa experiencia aprendí dos cosas importantes:

  • No todos las tiran.

  • Hay quienes realmente orarán por tí.


Es mucho más fácil para los hermanos, orar por una persona específica, cuando pueden asociar los nombres con sus rostros. Además, cuando ellos nos ven dando testimonio por lo que Dios está haciendo, pueden relacionar nuestra imagen a la tarjeta de oración y sentirse partícipes en lo que Dios ha hecho en nuestras vidas: - "¡Yo oré por esa familia! ¡Es la familia Luisi!"- dirían, porque nos tienen identificados por nuestra tarjeta de oración.

Hace dos años atrás, cuando fui invitado por un pastor a asistir al Compañerismo Bautista Mexicano, en aquel momento fui sin saber muy bien cómo el Señor obraría en mi vida, ni en las vidas de las personas que pondría en mi camino. Sólo sabía una cosa: que si el Señor me había puesto allí, debería hacer lo posible para que el mayor número de personas conociera la visión que Dios me había dado. ¿Pero cómo lo haría sin parecer inpertinentemente invasivo? No me habían invitado a predicar sino a asistir y dar un testimonio -lo cual acepté con agradecimiento- y según sabía, el compañerismo reuniría a más de 200 pastores. No podía perder esa oportunidad y en una tarjeta de oración no podía explicar todo lo que deseaba. Pregunté si podía distribuir mis tarjetas de oración junto a un folleto explicativo del ministerio. Generosamente me dijeron que sí y puse manos a la obra. Con el programa INKSCAPE no sólo diseñé la tarjeta de oración, también un folleto en el que se encontraban las recomendaciones de otros pastores mexicanos entre otros datos. Luego, con la ayuda de un hermano pues no conocía el país, me dirigí a una imprenta en Ciudad de México e imprimí las copias en papel ilustración y a color. Antes de hacerlo tuve que llamar a mi esposa para consultarle, pues el gasto iba a ser bastante oneroso. "Es una inversión, hacélo"- me alentó. No recuerdo bien, pero creo que imprimí unos mil ejemplares. ¡Cómo pesaban! ¡eso sí me acuerdo! De más está decir que inundé de folletos la conferencia. Repartí a grandes y a chicos sin importar si podían leer o no. Recuerdo que incluso, pude ver mis folletos apoyados en las sillas y mesas. Luego me senté calladamente a disfrutar de cada uno de los mensajes que, recuerdo bien, fueron a mi alma como un vaso de agua fría ofrecido en el desierto ¡Qué bendición hermano!. Mientras tanto, los folletos hicieron su trabajo y las invitaciones a predicar llegaron.

Cuando vamos a una iglesia a predicar sobre misiones, es muy importante que entiendas que lo más valioso que esa iglesia puede hacer por vos, es recordarte en oración, y estas tarjetas actúan como un valioso recordatorio en los hermanos que saben orar. No debería ser tu meta pasar tiempo con el pastor, sino con las personas que se acercan a hacerte preguntas sobre tu ministerio. El pastor ya te tuvo en cuenta, por eso te invitó, pero él necesita que los hermanos que pastorea vean en tí, lo mismo que él advirtió al invitarte.

Recuerda que el dinero que necesitas para hacer la obra es del Señor y él se encargará de canalizarlo hacia la misma llegado el momento, pero la oración genera el poder que te mantendrá en el juego.

Estoy convencido que mi ministerio no es sólo el resultado del dinero que me envían las iglesias que me apoyan, sino de las oraciones de cientos de hermanos comprometidos con sostenernos en las líneas del frente de batalla.

¿No lo crees así, hermano?

Y esa es la razón por la cual, las tarjetas de oración, dejaron de ser un gasto, para convertirse en una inversión espiritual a favor de la obra misionera. Su alcance y poder no puede cuantificarse, pero por experiencia te digo: Haz la inversión y le estarás enseñando a quienes ministras, que tú también crees en el poder de la oración.




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