TÚ ERES MI MADRE

Para mi querida mamá, quien fue llamada a la presencia de Dios la semana pasada. Doy gracias a Dios por su vida y ejemplo, digno de ser imitado, y por la esperanza y consuelo que hallamos en el Evangelio de Cristo al saber que pronto, volveremos a vernos.

"Sana, sana, colita de rana,

Si no sanas hoy, sanarás mañana".

"Arroró mi niño, arroró mi sol,

duérmase pedazo de mi corazón"

Son estas canciones que tú me cantabas,

las que llevo adentro, profundo en el alma.

Recuerdos distantes de tantos temores,

que se han marchado con esas canciones.

¿Recuerdas las veces que tú me abrazaste?

Tus brazos tan tiernos me dicen que amaste.

¿Recuerdas los besos que tú me brindaste?

Aún los recuerdo, son besos de madre.

Recuerdo una noche que tú me besaste,

la frente empapada de fiebre y vinagre.

Velaste a mi lado y te preocupaste,

aún lo recuerda tu hijo en su arte.

Tú tienes defectos que vi acrecentarse,

Mas ahora que tengo familia igualmente,

Tus defectos vuelan… vuelvo a conocerte.

Como cuando chico, yo vuelvo a creerte.

¡Cántame, mamita, tus dulces canciones!

¡Vuelve a abrazarme con tus emociones!

Esas manos suaves, son manos de amores,

Y esas canciones, son mis bendiciones.

¿Sueles enojarte?, ya no lo recuerdo.

Pretendo que sepas que aún yo te quiero.

No quiero que llores, no es lo que intento.

Solo quiero darte lo poco que tengo.

Tengo estos versos que gritan: ¡Mil gracias!

Porque me enseñaste a ser hoy un padre,

porque me acunaste y un día me amaste.

Recibe hoy mis versos. ¡Tú eres mi madre!

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