Un cristiano puede ir a prisión por compartir su testimonio como ex-gay

24.01.2023

Un trabajador de una organización benéfica cristiana maltesa se enfrenta a cargos penales por "discutir y promover las llamadas terapias de conversión" después de compartir su testimonio de transformación al encontrar a Jesús y su condición de ex gay durante una entrevista.


Matthew Grech (Crédito de la foto: Centro Legal Cristiano)

El Centro Jurídico Cristiano (CLC, por sus siglas en inglés) informa de que representa a Matthew Grech, que se enfrenta a una pena de hasta cinco meses de prisión y casi 5.500 dólares de multa si es declarado culpable.

El bufete de abogados sin fines de lucro, calificó el caso de Grech como "el primer procesamiento por "prácticas de conversión" en Malta". Su juicio está previsto para el 3 de febrero en el Tribunal de Magistrados de La Valeta.


¿Su delito? Compartir su testimonio en Internet

Grech es fideicomisario de Core Issues Trust, que colabora estrechamente con la Federación Internacional para la Elección Terapéutica y el Asesoramiento y con X-Out-Loud.

Su problema legal comenzó después de que contara su testimonio "ex gay" durante una entrevista online, que se publicitó en Facebook. Durante la entrevista a los medios de comunicación, compartió su historia sobre su infancia y la confusión que había experimentado cuando se trataba de su propia sexualidad y sus relaciones. Habló de cómo, ya siendo adulto, había mantenido relaciones homosexuales antes de convertirse al cristianismo, lo que cambió su vida radicalmente.

Grech habló de que no está de acuerdo con el término "terapia de conversión" y dijo que cuanto más profundizaba en su fe cristiana y exploraba la Biblia, más "comprendía que en la Biblia la homosexualidad no es una identidad como la concebimos hoy en día. Tampoco es un sentimiento, sino una práctica".

"Esto significa que, independientemente de los sentimientos sexuales que experimente un hombre o una mujer, si mantienen relaciones sexuales con una persona del mismo sexo, cometen el acto homosexual a los ojos de Dios, y eso es pecado", explicó. "Como cualquier otro pecado, uno puede arrepentirse de él y pedir perdón a Dios y pedirle fuerzas para superarlo... Estoy hablando aquí desde una perspectiva cristiana...". En ningún momento de la entrevista Grech invitó a ningún oyente a asistir a terapia ni animó a nadie a buscar ayuda para la atracción no deseada hacia el mismo sexo.

Tras la entrevista, según el propio Grech, fue denunciado por "personas que se enfrentaron públicamente con él, que tienen trabajos en el gobierno maltés, y que también están vinculados con el movimiento por los derechos de los homosexuales de Malta". El auto de procesamiento que recibió, le acusaba de publicitar "prácticas de conversión" y de violar "el artículo 3 (a) ( iii ) del capítulo 567 de las leyes maltesas".

El artículo 3 de la draconiana Ley de Afirmación de la Orientación Sexual, el Género y la Expresión de Género de Malta establece:

"Será ilegal (a) que una persona: (i) realizar prácticas de conversión a una persona vulnerable; o (ii) realizar prácticas de conversión involuntarias y, o forzadas a una persona; o (iii) hacer publicidad de prácticas de conversión; y, o (b) que un profesional: (i) ofrezca y, o realice prácticas de conversión en cualquier persona independientemente de si se recibe una compensación a cambio; o (ii) haga una remisión a cualquier otra persona para realizar prácticas de conversión en cualquier persona".


"Decidido a acabar con cualquier debate"

Grech cree que está siendo atacado por miembros del Movimiento de Derechos Gay de Malta, que piensan que las creencias cristianas sobre el matrimonio y la identidad humana, y cualquier debate sobre los estilos de vida LGBT, deben tratarse como un delito penal.

El hombre de 33 años, que nunca antes había estado involucrado con la policía, dijo: "Me sorprendió cuando la policía me llamó de la nada y dijo que me citaban para un interrogatorio".

"El medio en el que aparecí es una plataforma de libertad de expresión muy pequeña y emergente en Malta, y no pensé que el Movimiento por los derechos de los homosexuales de Malta lo trataría tan en serio hasta el punto de que podría ser criminalizado por contar mi testimonio cristiano", dijo Grech. "Muestra cuán decididos están a acabar con cualquier debate o voz sobre estos temas. Estaba preocupado por mí mismo y por lo que pensaría mi familia, ya que nunca me había pasado nada como esto".

Sin duda, esto es una prueba más, del avance de la política sobre las libertades religiosas y de expresión. Vale reflexionar, que sin la fuerza del estado, los movimientos LGTB y feministas, no podrían imponer por la fuerza sus prácticas e ideologías, pues están muy lejos de representar a las mayorías. Sin embargo, son parte del establishment en todo el mundo, y son pocos los políticos que se atreven a cuestionar la moralidad de tales colectivos y sus prácticas. Si quieres saber por qué, te animo a leer el siguiente artículo:


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