Un Nuevo Comienzo
Queridas iglesias hermanas y amigos:
A mas de un año de nuestra salida de Argentina con la intención de comenzar Cuba Al Encuentro Con Dios, y sin haber podido, en todo este tiempo, encontrar una base en México para emprender dicha empresa, con mucho gozo les comunico que finalmente hemos llegado a aquel ansiado lugar. Debo decirles que nada de lo que planeamos salió como lo esperábamos, pero también quiero comunicarles con mucha alegría, que estamos seguros de haber llegado al lugar que Dios nos tenía preparado.
El día de ayer (domingo 20 de Septiembre) hemos tenido nuestra primera reunión formal en la hermosa ciudad de Villa de Alvarez, estado de Colima, fuimos 10 personas en nuestra asistencia, y todos quedamos muy agradecidos a Dios por la esperanza de crecimiento que vimos reflejado en el deseo expresado por los cinco hermanos colimeños, de invitar a sus amigos para las próximas reuniones.
Les cuento que a menos de una semana de haber llegado, y a pesar del enorme trabajo y estrés que ha significado para nosotros toda esta mudanza, ya nos sentimos colimeños. Me alegra ver que mis hijos quedaron encantados con nuestro nuevo hogar, entusiasmados por lo que significa poder participar en el nacimiento de una nueva congregación.
Definitivamente, esta hermosa ciudad nos inyectó una cuota de optimismo y mucho ánimo al tener la oportunidad de servir al Señor en Colima, entre tanto se habilitan nuevamente los vuelos a la ciudad de La Habana.
El desafío no sólo se encuentra en el hecho de que en nuestro nuevo lugar de servicio tendremos que hacernos cargo del alquiler y expensas, entretanto la obra crece y asume dichos gastos, sino que al mismo tiempo que nos encontramos trabajando en busca de frutos que abunden en vuestra cuenta, tendremos que encargarnos de ahorrar para cuando podamos comenzar a viajar a Cuba, y para los gastos de trámites que significará la obtención de nuestras residencias religiosas.
Gracias a Dios, conforme avanza el tiempo, nos vemos terminando etapas y comenzando nuevas. Creemos que la etapa de mudarnos y andar cambiando de localidades ya pasó. Ahora, como tantas veces ya lo hemos hecho, comenzamos nuevamente a alistar la casa (que ha sufrido un abandono de dos años sin ser habitada) y pasear por el barrio para ir conociendo personas y la cultura del lugar. Confiamos en Dios, que conforme la pandemia se vaya disipando, podremos hacer el trabajo misionero con mayor libertad y efectividad.
En el amor del Señor, y en busca de frutos que abunden en vuestra cuenta;
Pastor Horacio y Alejandra Luisi